El Torrent de ses Planes, uno de los protagonistas de las inundaciones de Sant Llorenç en 2018, a su paso por Son Carrió. | Joan Socies

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El Consejo de Ministros ha aprobado el real decreto que avala y da luz verde a la revisión y actualización del Pla de Gestió de Riscs d’Inundacions de Baleares. Elaborado por la Conselleria de Medi Ambient i Territori a través de la Direcció General de Recursos Hídrics, el plan amplía en 8 kilómetros los tramos de torrentes incluidos en las Àrees de Risc Potencial Significatiu d’Inundació (ARPSI).

En Baleares hay 43 ARPSI, 32 de ellas son costeras y 11 son tramos de torrentes. Con el plan anterior, estos tramos fluviales sumaban una longitud de 31,08 kilómetros. Con la revisión, pasan a tener 38.81 kilómetros, un incremento de 7,73 kilómetros, lo que supone un 24,8 % más. Las ARPSI costeras, con 60,69 kilómetros, se mantienen igual.

La ampliación de los tramos fluviales afectan, en mayor o menor medida, a todos los torrentes incluidos: Na Bàrbara y Gros (Palma), Coanegra (Santa Maria), Campos, es Riuet (Manacor), ses Planes (Sant Llorenç), Vall den Marc-Sant Jordi (Pollença), Major de Sóller, Peguera y Santa Ponça (Calvià), y Llavanera (Eivissa).

Recursos Hídrics es el departamento que identifica los puntos más críticos tras un trabajo previo de evaluaciones de riesgo. Cada seis años se realiza la revisión en cumplimiento de una directiva europea para determinar riesgos potenciales en función de las velocidades y el calado de los caudales, y del área inundable. A partir de aquí, se elabora un plan de gestión para cada zona. En las ARPSI se incluyen zonas costeras, por los temporales marinos, pero este trabajo corresponde a la Demarcación de Costas, de competencia estatal.

El plan también tiene en cuenta la presencia de edificaciones e infraestructuras, y se elaboran cartografías que sirven a Protecció Civil y Emergències para la gestión, con el plan Inunbal (de la Conselleria de Presidència), de posibles episodios que afecten a personas y bienes.

Asimismo, el plan de gestión prevé medidas de preparación y prevención, recogida de información, obras para la defensa de estructuras, y el mantenimiento y la conservación de los cauces. Para Recursos Hídrics, un criterio a seguir es que las obras deben estar integradas en el entorno, de tal manera que el agua de los torrentes pueda recuperar su espacio para circular de manera natural, reduciendo su velocidad y propiciando la infiltración en su ámbito de cuenca antes de que llegue a núcleos urbanos.

La dirección general considera que los antiguos hormigonados de los cauces ofrecen una falsa sensación de seguridad, pues facilitan que el agua ocupe los entornos urbanos. Sí se puede utilizar el hormigón en tramos estrechos o en la necesaria modificación de un curso de agua, pero normalmente no se hormigona ni se tapan cauces, en favor de soluciones naturales.

El apunte

Construcciones en entornos y caminos en cauces

Existen torrentes con cultivos hasta la orilla o caminos en los cauces. No se debe construir en torrentes y numerosos desbordamientos se deben a la presencia de infraestructuras. Si el agua sale del cauce, debe extenderse por el entorno de manera natural, pero si encuentra construcciones e infraestructuras, entonces surgen los problemas.