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Más de 400 personas han asistido este domingo a la bendición de ramos en el Palacio Episcopal en una ceremonia presidida por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. Este emotivo acto con el que arrancan las actividades litúrgicas de la Semana Santa congrega cada año a más público. El Domingo de Ramos celebra la entrada de Jeús en Jerusalén, un hecho al que se ha referido el obispo en las palabras dirigidas a los presentes.

El obispo de Mallorca ha recordado que Jesús entró en la ciudad aclamado por sus habitantes, los mismos que días después pidieron su condena. «Fue un pueblo inconsecuente», ha dicho. Taltavull ha pedido a los numerosos fieles que eviten actuar de esta manera, sean coherentes con la fe cristiana y participen en la eucaristía. «La sociedad necesita que se comunique la buena nueva del Evangelio», ha dicho. También les ha animado a que eviten vivir en un cristianismo «individualista» porque los cristianos viven enc comunidad.

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El obispo ha presidido la procesión desde el Palacio Episcopal hasta la catedral, seguido por los numerosos fieles que le acompañaba, que se han ido sumando a este acto conforme se iban desarrollando de forma que al final había más de 500 personas en el acceso a la catedral por la puerta principial. En la ceremonia han participado también els vermells de la Seu.

En su homilía en la misa celebrada en la Seu, el obispo ha pedido al los fieles que se fijen en Jesús y en su «inefable amor» hacia los hombres hasta el punto de «entregarse al Padre» para el cumpolimiemto de su voluntad de salvación. «Todo él es una palabra de sostenimiento, de ánimo, para que nosotros hagamos la misma entrega de amor por los otros», ha dicho.