Una aula de un instituto de Palma en una imagen de archivo. | Pere Bota

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Una treintena de centros educativos públicos y concertados de Balears ya han mostrado su interés por participar en el cribado para detectar problemas de salud mental entre alumnos de 12 a 18 años. Los centros que estén interesados, pueden avisar antes del 27 de marzo a través de la página web de Convivèxit. El programa, como ya adelantó este diario hace dos semanas, lo llevarán a cabo investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Jaén, que ha firmado un convenio de participación con la Conselleria d’Educació.

«Los resultados muestran una reducción drástica de los problemas emocionales, una mejora significativa de la calidad de vida subjetiva y una mayor regulación de las emociones entre los jóvenes participantes y sus familias, al menos hasta 12 meses después de finalizar la intervención», ha explicado este martes en una nota el coordinador del proyecto, Luis Joaquín García.

La directora general de Primera Infància, Innovació i Comunitat Educativa del Govern, Amanda Fernández ha comentado que «la aplicación de este convenio surge por el resultado satisfactorio y la buena acogida entre las familias y adolescentes participantes en PROCARE en el curso 2020-2021». Así mismo, hizo hincapié en «los datos alarmantes detectados en el curso escolar pasado, con un aumento de las autolesiones, ideaciones e intentos de suicidio, y un suicidio consumado, lo que pone de manifiesto la necesidad de ofrecer recursos específicos hacia el bienestar emocional de los jóvenes y de sus familias». La Conselleria d’Educació abrió 414 protocolos por riesgo de autolesión en los centros de enseñanza de Balears en todas las etapas durante el curso 2021-2022, lo que suponen dos por día, teniendo en cuenta que el año pasado hubo 176 días de clase.

Cabe recordar que en una primera fase, la familia y el adolescente tendrán que completar unos cuestionarios en línea a través del ordenador sobre aspectos emocionales. Esto permitirá identificar qué adolescentes tienen un riesgo bajo, moderado o alto de padecer un problema emocional, como ansiedad o depresión. Los jóvenes más afectados podrán participar en un taller para aprender a afrontar situaciones de riesgo y potenciar sus habilidades comunicativas. El resto formarán pequeños grupos de gestión emocional. En caso de que alguno padezca el riesgo de autolesionarse o un trastorno de conducta alimentaria, también se trabajarán estos aspectos para evitarlo.

A los seis meses de acabar todo el cribado, que puede durar entre ocho y 12 semanas, se volverá a hacer otra encuesta para controlar la evolución de los alumnos participantes. Al año, se repetirá de nuevo. Todo este proceso se hará en colaboración con un equipo de investigadores de la Universidad de Jaén, que junto a la Universidad Miguel Hernández de Elche y la Universitat Rovira i Virgili llevan a cabo la iniciativa PROCARE, que tiene como objetivo evaluar y proporcionar estrategias psicológicas para fortalecer emocionalmente a los adolescentes. El proyecto está secundado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.