Imagen del acto celebrado este sábado en Son Valentí. | M. À. Cañellas

TW
14

Los restos de Andreu Blanch Bauçà, Emilio García-Peñuela Orgaz, Antonio González Rodríguez y Llorenç Martorell Suárez ya están en casa y descansan en paz. Los familiares han podido despedirse de ellos este sábado en el Muro de la Memoria, en el cementerio de Son Valentí, en un emotivo acto que no solo ha reconocido a cada una de estas cuatro víctimas del franquismo sino «a las que vendrán e identificarán» en el futuro.

Este sentido homenaje ha contado con una figura clave, la del relator especial de Naciones Unidas sobre la promoción de la verdad, la justicia, reparación y las garantías de no repetición, Fabián Salvioli. Con una rosa roja en la mano, Salvioli subía al escenario no sin antes tocar cada una de las cajas donde se hallan los restos de las cuatro víctimas del franquismo recuperadas e identificadas.

Despedía así a estos hombres valientes tras tantos años desaparecidos. «Es muy difícil hacer uso de la palabra tras lo que hemos escuchado hoy aquí. Lo que sucede en esta comunidad es un ejemplo de lo que debía ser en toda España y en el mundo. No es un acto de muerte, sino de vida porque les trae de vuelta», ha compartido.

Familias

María Mulet, en representación a Llorenç Martorell Suárez, no ha podido contener la emoción y compartir con las personas, representantes políticos, historiadores y asociaciones la «gratitud por saber de ellos. Todavía hay muy buena gente». Por su parte, María Jesús Balaguer ha podido tocar y sentir los restos de su abuelo Antonio González Rodríguez 86 años después. «Has vuelto a casa después de un largo camino. Quiero recordar a mi madre y a todas las demás por mantener vivo el recuerdo de estas personas y de otras que algún día volverán».

Margalida Blanch, sobrina de Andreu Blanch, no quería que la desaparición de su tío «quedara impune». Hoy ha podido aplaudir, llorar, agradecer y admirar que «todo ha dado su fruto. Falleció mi abuela y mi madre, y ya sólo quedaba yo. Apoyo en especial a las familias que vivieron los 40 años del franquismo y sobre todo a las familias que pronto recuperarán a sus seres queridos».

Hace 17 años que Miquel Àngel Rabal facilitó los datos de su abuelo Emilio Martorell Suárez. Y hoy lo tiene aquí. «Ya puede descansar con su mujer e hijas. ¡Al fin te hemos encontrado!», ha exclamado con efusividad durante el acto. El emotivo homenaje continúa con el entierro privado de las víctimas identificadas.