Imagen de archivo de una sala de espera de Son Espases. | Jaume Morey

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Cada día 104 pacientes, de media, dejan tirado al especialista hospitalario en la que sería su primera cita. Esta mala praxis repercute, directamente, sobre las listas de espera cuyo tiempo medio de atención está en unos disparados 2,4 meses (o 72,4 días, seis menos que cuando alcanzó su máximo en mayo de 2020).

En cifras globales, durante todo el año pasado faltaron 38.000 personas a una primera consulta con el especialista, lo que representa un 9,36 % del total, es decir, de las 409.055 que se dieron. El hecho de no acudir a una cita médica y tampoco anularla repercute en el buen funcionamiento del sistema ya que es una hora a la que se ha dejado de citar a otro paciente que sí lo necesitaría. Los motivos de por qué esto sucede se desconocen pero puede darse el caso de que quien pidiera la consulta haya sido atendido antes en la privada; haya acudido a Urgencias; o bien su dolor haya desaparecido.

Las autoridades advierten, en cualquier caso, de la importancia de anular las citas a las que no se va a acudir, ya que es como un pez que se muerde la cola. Si no se van llenando estos huecos se repercute directamente en la lista de espera de otros pacientes.

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A 31 de diciembre de 2022 había en Balears un total de 67.240 personas pendientes de una primera consulta en el hospital, un 11 % más que el año anterior. Frente a la dificultad de rebajar esta lista, en la que repercute también la saturación de Atención Primaria, el IB-Salut inició este 2023 un plan de derivación de consultas a las clínicas privadas. Desde entonces, un mínimo de mil pacientes de la sanidad pública están siendo citados, cada mes, en la privada (previo consentimiento). Allí se les ofrece la primera consulta y el posterior seguimiento de su patología y ésta lo requiere.

Esta medida es la última puesta en práctica enmarcada dentro del plan de choque sanitario que se presentó en marzo de hace un año y en el que se contemplaban también el incremento de la actividad en jornadas extraordinarias y voluntarias. Entre abril y diciembre de 2022 se realizaron 140.266 actos médicos extras, entre intervenciones quirúrgicas, consultas externas y otro tipo de pruebas diagnósticas.

El objetivo de este plan es volver a las cifras sanitarias prepandémicas. Si bien se nota una leve mejoría en los indicadores de las operaciones quirúrgicas, donde bajan un 3 % el número de pacientes que esperan (pasan de 14.412 a 13.947) y se rebajan diez días el tiempo de espera hasta los 123; la asignatura pendiente siguen siendo las consultas.

A cierre del año pasado, 3.144 personas, el 22,5 % del total de los que esperan ser operados, llevaban más de medio año de demora. Se han dado casos, incluso, en el que las pruebas preoperatorias han caducado y deben volver a realizarse, en un ejemplo de cómo el mismo sistema se entorpece y autoboicotea.

Punto de vista

El porcentaje de ausentismo baja en los centros de salud

De los 8.593.514 pacientes que pidieron cita el año pasado en Atención Primaria, 443.907 no se presentaron. El porcentaje representa el 5,16 % del total y supone que, cada día, 1.216 personas dejaron tirado a su médico de familia (210.384 veces en todo el año); o biena su enfermera (200.469) o al pediatra (en 33.054 ocasiones a lo largo de 2022). La saturación de este servicio condujo a los profesionales a amenazar incluso con una huelga. Si bien se ha mejorado su remuneración y las medidas de captación, las condiciones laborales siguen siendo complicadas en los centros de salud.