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«En la pandemia todo se detuvo. En ese momento empecé a ser consciente de muchas cosas, como el cambio climático: una tarea que todos tenemos pendiente». Tras este pensamiento, Nicolás Romero, CEO de la empresa de animación turística Mallorcaventura, pensó en cómo poner su granito de arena.
Ha cambiado su embarcación del año 1964, con la que ha operado desde 2018, por un catamarán sin emisiones. El proyecto se llama Blue Circle y este verano ya flotará sobre las aguas de Baleares, convirtiéndose así en el primer barco turístico 100 % sostenible, puesto que nunca antes se había diseñado algo similar en Mallorca. Para ello colaboran con la empresa mallorquina Trueworld, que se ha encargado de poner a punto el barco hecho con fibra neutralizada y materiales reciclados.

«La creación del barco ha sido complicada porque, siendo una empresa del sector náutico nuestra capacidad llega a un punto. Por eso colaboramos con Trueworld», explica Nicolás Romero sobre el proyecto, que estará listo en mayo. El catamarán, de 15 metros de eslora y seis de manga, no tiene tanta capacidad como la que tenía la anterior embarcación de Nicolás, que contaba con un espacio para recibir a 100 turistas.

Barco sostenible en Mallorca
Nicolás Romero, CEO de Mallorcaventura y del proyecto de embarcación Blue Circle.

«La idea de acoger a menos personas es porque queremos enfocarnos no tanto a un turismo de masas, sino de calidad», explica. Una de las novedades es que la embarcación cumplirá con la función de observatorio marino. A través de sensores recabarán datos acerca de la posidònia, el oxígeno en el agua y la temperatura. Todo ello se incluirá en una base de datos para Trueworld, a fin de tener un análisis a tiempo real.

Presupuesto

La empresa ha invertido cerca de un millón de euros para la creación del primer barco 100 % sostenible. Como aclara Romero, «sale mucho más caro que un barco convencional. Sabemos que es un riesgo ser pioneros en esto, porque casi lo pagamos por doble. Calculamos que la fabricación de este tipo de embarcaciones costará un 40 % menos de aquí a diez años». En concreto, las baterías cuestan unos 150.000 euros y tendrán una autonomía de cuatro horas: «Ningún empresario en Baleares invertiría 20 años de combustibles fósiles ahora de golpe para pagar estas baterías. Pero es importante cuidar el medioambiente». Ante esto, considera que «este tipo de proyectos debería tener algún tipo de subvención de los fondos europeos, pero la realidad es que no se incluyen», lamenta.

Por otra parte, creen que la parte lúdica es clave. Para ello, las empresas han pensado para este verano explicar a los turistas cuántas emisiones han generado hasta llegar a la embarcación y que parte del tíquet irá destinado a la preservación marina.