Un cocinero entre fogones en la cocina de un restaurante.

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La Federación Empresarial de Restauración de Baleares (FERIB) -integrada en CAEB- y la Conselleria de Salut i Consum están cerrando un acuerdo a tres bandas con una auditora externa para agilizar y optimizar el control de la seguridad alimentaria en el sector de la restauración en las Islas. Esta empresa será la responsable de asesorar a bares, restaurantes y hoteles de las Islas para facilitar el cumplimiento de la normativa sobre higiene y manipulación de alimentos.

La empresa encargada de ofrecer este servicio es ISR, con sede en Barcelona y dedicada a servicios de consultoría y auditoría. Su director general es Javier Robledo, hermano del presidente de la FERIB, Alfonso Robledo. Es la única homologada en Balears para la prestación de estos servicios y tiene experiencia en colaboraciones con la administración pública de Balears y de otras comunidades autónomas.

El objetivo es proporcionar herramientas a los establecimientos para que puedan ajustarse lo mejor posible a los requisitos sanitarios y superar con más facilidad las inspecciones de los técnicos del Govern, que continuarán con su trabajo independientemente de este proyecto.

La adhesión al programa -que se prevé se pueda presentar el mes que viene- es de contratación voluntaria (370 euros al año para el servicio básico), aunque se pretende que se generalice con el acicate de los beneficios que los establecimientos pueden extraer. «La intención es poder llegar a todos con el paso del tiempo», afirma Alfonso Robledo.

Asimismo, se pretende que esta colaboración contribuya a descongestionar la actividad de los propios inspectores autonómicos, con una plantilla demasiado limitada para el gran volumen de negocios del sector, especialmente en temporada alta. Javier Robledo afirma que «los establecimientos que estén mal no necesitarán ser revisados hasta que no acrediten que cumplen con los requisitos».

Así, desde la Direcció General de Salut Pública i Participació se ha desarrollado el proyecto QxQ, destinado a medir y cuantificar el grado de cumplimiento de los establecimientos en todos los aspectos relacionados con la inocuidad alimentaria. Los técnicos de ISR se encargarán de asesorar y evaluar a los locales, de cara a facilitarles su propio autocontrol. Los resultados serán trasladados a una web de libre acceso y los clientes podrán además consultar en la misma puerta de cada local su grado de cumplimiento de la normativa.

Salut realizó más de 2.000 inspecciones en el pasado año que se saldaron con unos resultados preocupantes: la mayoría de los establecimientos presentaban deficiencias de algún tipo que podrían desembocar en riesgos de diferentes grados para la salud pública. La no adecuación a los niveles de higiene requeridos es una de las carencias más comunes, pero no la única: también las instalaciones deficientes o la ruptura de la cadena del frío en la conservación de los alimentos.

Alfonso Robledo explica que parte importante del problema radica en que «muchos no lo hacen bien simplemente por desconocimiento de unas leyes que suelen venir de Europa y que van cambiando constantemente». El perfil más afectado son los pequeños negocios, con más problemas para mantener actualizado el cumplimiento de los requisitos, afirma Robledo.