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El adiós definitivo de la mascarilla en el transporte público ya ha llegado. Hoy es el primer día, después de más de dos años, que los ciudadanos no están obligados a llevar el cubrebocas en el interior de autobuses, trenes, metros, aviones y taxis. Sin embargo, la tónica general ha sido que la mayoría de usuarios de Palma han optado por seguir utilizándola por precaución, mientras que muy pocos, cansados de las restricciones por la pandemia del coronavirus han renunciado a su uso.

Carla Tejeiro es una ciudadana que, a pesar de estar enterada del cambio en la normativa, ha decidido que seguirá llevando la mascarilla. «En el bus vamos todos muy apretados y de esta forma me siento mucho más segura», ha explicado. No obstante, cree que la medida llega tarde «porque en varios países no hace falta utilizarla y hay mucha más gente aglomerada en otros lugares, como por ejemplo las discotecas, donde no es obligatoria». Su amiga Nerea Rodríguez es más contraria a ponerse el cubrebocas, aunque ha asegurado que «todo depende de si lo llevo encima o no». En el bus lo considera innecesario, ya que se ha dejado de utilizar en muchas otras partes donde podría existir más riesgo de contagio.

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Mientras Sandra Castro se encuentra esperando el autobús, con su mascarilla puesta, ha comentado que en un principio se pensaba que el martes era el día que quitaban la obligatoriedad. Sin embargo, la retirada del cubrebocas un día u otro no le influye ya que lo seguirá llevando. «El virus todavía sigue y así me siento más cómoda», son algunos de los argumentos que ha dado. Aparte ha recordado que su línea pasa por un hospital en el que se suben muchos pacientes y que de esta forma «ni lo contagias ni te contagian». También ha querido resaltar que «no ha notado diferencia de hoy a otros días porque todo el mundo la sigue llevando puesta» y cree que eso se debe a que «nos hemos acostumbrado».

Una parada más adelante está Marcos Silva, otro ciudadano que apuesta por seguir usándola por precaución, «así estoy mucho más seguro». Ha asegurado que aunque haya poca gente en el interior del autobús no se la quitará y seguirá como hasta ahora. En el lado opuesto se sitúa Leonor Alemany. Esta usuaria ha afirmado que no la va a llevar, si no le obligan, «porque a estas alturas ya estamos todos inmunizados». En cuanto a la situación que se encontrará dentro del autobús ha indicado que cree que «la mitad de personas que la utilizarán será por su propia seguridad, ya que cada uno es libre de hacer lo que quiera».

José Vicente Ribas cree que no es necesario seguir con la mascarilla, aunque él la llevará durante un tiempo. «Al final nadie la utilizará porque lo que vemos es lo que hacemos», ha señalado. Unas paradas más hacia delante está Francisco López que ha explicado que el conductor del autobús es quien le ha informado sobre la nueva normativa. El ciudadano opta por seguir con la mascarilla puesta sobre todo cuando el bus esté lleno. «Dependerá de la cantidad de personas que encuentre en el transporte si decido o no ponérmela», ha afirmado.