Se espera que 2023 sea un buen año para la construcción porque, entre otros motivos, se están realizando obras públicas importantes. En la imagen se observan las del Paseo Marítimo de Palma. | M. À. Cañellas

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Empresas del sector de la construcción se están viendo obligadas a renunciar a obras debido a la falta de personal cualificado que padecen. Se trata de un problema que ya tuvieron el año pasado y que en este 2023 no tiene visos de resolverse, al menos, de manera inmediata. La directora general de la Asociación de Constructores de Baleares, Sandra Verger, ha explicado que «las empresas están trasladando las enormes dificultades que tienen para hallar perfiles con una formación adecuada. Los oficios en los que es más difícil encontrar empleados son los de albañil, encargados de obra, encofrador y montador de prefabricados estructurales».

Esta problemática está generando muchas dificultades a los ciudadanos de las Islas para poder contratar a empresas que lleven a cabo los trabajos de construcción necesarios, especialmente cuando se trata de pequeñas reparaciones; ya que, como es lógico, se atiende primero a las que representan un mayor presupuesto. Algunas empresas del sector están cogiendo trabajos ya para el próximo año.

Verger ha asegurado que «2023 será un año clave para el sector de la construcción por la gestión de los fondos europeos Next Generation. Por una parte, saldrán muchos proyectos de obra pública porque estos fondos tienen un plazo muy delimitado para que se pueden ejecutar». No obstante, ha advertido que «la problemática que hay con la obra pública es la gran cantidad de licitaciones que están quedando desiertas». A su modo de ver, eso demuestra como «la administración aún no ha adaptado sus proyectos a los precios actuales. Por tanto, puede ser una gran dificultad».

En relación a las obras privadas vinculadas a subvenciones o ayudas de fondos europeos, la directora general de la Asociación de Constructores de Baleares ha señalado que «también estamos hablando de unos plazos muy limitados. La gran partida destinada a la rehabilitación de viviendas se activó en diciembre y el plazo finaliza en septiembre. Nos podemos encontrar que muchas de estas obras no se puedan ejecutar por la poca capacidad de las empresas de ampliar su personal».

El presidente de CAEB-Construïm, Toni Garí, se ha expresado en términos similares y ha señalado que lo que le trasladan desde el sector es que tienen trabajo para todo 2023. Además, de las ayudas europeas, ha añadido que otras de las causas del aumento de la actividad es que se impulsará la obra pública por ser un año electoral, al tiempo que muchas personas prefieren hacerlas cuanto antes para evitar posibles subidas de precios.

Se estabilizan los precios

En relación a los precios, Verger ha señalado que hay una cierta estabilización, aunque puede producirse el encarecimiento de algún material. En este punto, ha asegurado que es muy difícil vaticinar qué pasará en 2023, pero sí ha precisado que estará muy vinculado al precio de la energía. Lo que no prevén que ocurra es que los precios se reduzcan para volver a los valores anteriores.

Garí ha informado que en 2022 sí se produjo un encarecimiento de precios notable, de media fue de un 20-25 %, lo que ha motivado que la facturación haya crecido en torno a un 25-30 %. Los materiales que más han aumentado su precio son el hierro y el cemento, que lo han hecho un 30-40 %. Sin embargo, las ventas sólo se han incrementado un 5 %, por lo que ha insistido en la necesidad de tener en cuenta las diferencias entre la facturación y los beneficios, que no han sido tan elevados.

Aunque ambos consideran que 2023 puede ser un buen año para el sector de la construcción en las Islas, si se logra ir paliando la falta de persona cualificado, Verger ha querido dejar claro que no esperan vivir un nuevo boom de la construcción. En este sentido, ha recordado que en 2022 se ha reducido el visado de nuevas viviendas. «Hablamos de unas 2.000 al año, cuando en la época del boom eran unas 15.000. El sector no quiere volver a estas cifras, pero en los últimos años la media fue de 3.000», ha resumido Verger. A su modo de ver, «el promedio aceptable serían unos 7.000 anuales».

El presidente de CAEB-Construïm ha asegurado que «el futuro esta, sobre todo, en la rehabilitación, ya que estando en unas islas que tienen un territorio limitado, cada vez habrá más impedimentos a la hora hacer nuevos proyectos que consuman nuevo territorio». En este sentido, ha lamentado que el Govern «no esté publicitando lo suficiente las ayudas de los fondos Next Generation destinaras a la rehabilitación de viviendas y a la descarbonización de las ciudades».