Negueruela asegura que el ritmo de reincorporación al mercado laboral de los fijos discontinuos en los primeros meses del año marcará el verdadero arranque de la temporada turística. | Gemma Andreu

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El pasado 2022 finalmente se cerró calcando las mismas llegadas turísticas de 2019: 16,5 millones. Solo se registraron 397 turistas menos que ese año (un -0,003 %), lo que implica una recuperación de las cifras prepandémicas del 99,997 %.

A pesar de que hasta septiembre se pensaba que las cifras de llegadas no iban a alcanzar las de 2019, el arreón del trimestre final, especialmente gracias a las altas temperaturas de octubre y noviembre, acabaron por inyectar un impulso decisivo para que se acabara alcanzando unas cifras globales al mismo nivel que antes del COVID. Igualmente, el auge del turismo nacional –los visitantes procedentes de otras comunidades autónomas– ha acabado por tener una influencia decisiva
(3,3 millones por 13,2 millones de extranjeros).   

El otro rasgo más destacable del pasado ejercicio, como ya se sabía, es que el mismo número de llegadas que en 2019 se ha traducido en una mayor facturación, concretamente del 5 %. Cerca de 800 millones de euros más. Así, el gasto turístico total del pasado año fue de 17.316 millones de euros, por 16.508 millones en 2019. Asimismo, el gasto medio por turista (1.051 euros) subió un 4 %, mientras que el gasto por turista y día (160 euros) lo hizo un 5 %.

Diversificación

La directora general de Turisme, Isabel Vidal, destacó además la mayor «diversificación» de los mercados turísticos alcanzada este año, con crecimientos significativos –siempre con respecto a 2019– de las llegadas de italianos o franceses, al igual que visitantes de otros países diferentes a los principales mercados europeos. Alemanes y británicos, por otro lado, se han recuperado, aunque aún están ligeramente por debajo de sus cifras hasta la crisis sanitaria del coronavirus.

Con respecto al inicio de la próxima temporada, el conseller confía en tener una «plena apertura» de la planta hotelera ya para Semana Santa, del 2 al 9 de abril. En todo caso, señala que a lo largo de febrero ya se podrá tomar el pulso a la reactivación con los datos de incorporación de los primeros fijos discontinuos al mercado laboral, lo cual constituye «el mejor termómetro» del proceso de reapertura de hoteles y oferta complementaria.

Por último, recalcó que el primer trimestre del año deberá ser mejor que el de 2022, ya que no contará con los elementos ralentizadores del pasado año, especialmente la variante ómicron y el estallido de la guerra en Ucrania.