El presidente del Sindicato Médico, Miguel Lázaro. | Pere Bota

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En medio del debate político y social, el Sindicato Médico de Baleares (representante de buena parte de los afectados por el mérito o requisito de conocer el catalán en el ejercicio de su profesión) advierte: «la sanidad no gana elecciones pero te las puede hacer perder». En este sentido, su presidente Miguel Lázaro, opina que «el baile de la Yenka de Armengol (Izquierda-izquierda derecha-derecha, delante-detrás, un dos tres) sólo tiene lecturas negativas. «Hemos visto una obra de teatro en el que cada uno buscaba un rédito electoral, Més ha ganado la partida y rebela debilidad Armengol».

En el Simebal creen que obligar a aprender catalán ejerce un efecto disuasorio en quien quiere venir a vivir a las Islas, «te lo preguntan antes de venir» y son conscientes de que este debate y cambio de criterio «tendrá una repercusión fuera». Lázaro explica que el estatuto médico que se negocia a nivel nacional «dice que las lenguas cooficiales deben ser un mérito incentivado para favorecer la movilidad territorial, que es el sentido común» y recuerda que el déficit de facultativos en las islas ahora mismo está cifrado en 800, «350 sólo de Atención Primaria, los que trabajan sin la especialidad homologada y los hospitalarios».

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Para el presidente del Simebal, en la sanidad no hay un problema lingüístico, al fin y al cabo, señala, «nadie puede estar en contra de la lengua», sino de la acreditación lingüística como requisito. «Estamos de acuerdo en incentivar el catalán pero si en Euskadi no es un requisito porque allí consumen realidad», señala.

Al Sindicato Médico le sorprendió el cambio de argumento de la presidenta Armengol que el pasado lunes defendía en Formentera que la salud era lo primero y que este miércoles, dos días después, «donde dije digo, digo Diego». Lázaro recuerda que precisamente en las Pitiusas la situación es crítica y sonríe señalando que «eso ha sido conversión y no lo de San Pablo».

Sobre la reducción de categorías que ahora se consideran deficitarias, el Sindicato Médico asegura que quizás se recorte en enfermería porque lo que respecta a médicos, «en la bolsa de Familia del mes de noviembre sólo un 32 % de los inscritos tenían el nivel B2. No sé de dónde salen los datos». Al final, la sensación entre los representantes sindicales de los médicos es de decepción porque «la política puede a la sanidad , hay que preguntarse quién sale ganando con este paripé».