Solo uno de cada diez encuestados admite que se contendrá en el futuro por motivos ambientales a la hora de tomar un avión. | P. Pellicer

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El 89,8 % de los turistas que visitan Mallorca están a favor de pagar más por su alojamiento si ese incremento del precio se emplea para acciones de reducción o compensación de las emisiones de dióxido de carbono para combatir el cambio climático. Así lo ha puesto de manifiesto una encuesta llevara a cabo por la Universitat de les Illes Balears (UIB) el pasado verano entre 1.530 visitantes de 18 países entrevistados en el aeropuerto de Palma.

La práctica totalidad de los encuestados (98,6 %) son conscientes de que los desplazamientos y sus actividades durante las vacaciones suponen una «huella de carbono», y el 91,6 % se declaran preocupados por los efectos negativos del cambio climático sobre el planeta.

El 83 % entiende que los patrones de consumo y producción deben cambiar para tratar de frenar el calentamiento global, un 67,2 % siente que tiene una responsabilidad personal para actuar en ese sentido y un 47,6 % asegura estar dispuesto a modificar sus hábitos de viaje para optar por alternativas menos contaminantes.

No obstante, los que afirman que planean evitar el uso de aviones en sus desplazamientos futuros suman un 12 % de los consultados. Son aún menos si se consideran solo los consultados españoles y británicos y también se reduce el porcentaje entre los más jóvenes y los visitantes frecuentes de Mallorca. El estudio lo han dirigido Àngel Bujosa y Antoni Riera, investigadores del grupo de Análisis Económico de los Impactos del Turismo de la universidad balear, y forma parte de la tesis de Llorenç Femenias, doctorando de Economía Aplicada.