La propuesta de Més es que las viviendas que se construyan en la parcela solo puedan ocupar el 2 % de la superficie total y no el 3 % como dice la ley actual.

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Més quiere que las casas que se construyan en suelo rústico sean más pequeñas y que no se puedan construir mansiones en el campo. Los ecosoberanistas trataron de incorporar esta limitación en el reciente decreto urbanístico que aprobó por sorpresa el Govern en su última reunión del año pasado. No fue posible convencer a los socialistas de esta y otras medidas, así que Més ha contraatacado presentado la iniciativa vía enmienda. El Parlament debate en ponencia esta semana la modificación de la ley para la conservación de los espacios de relevancia ambiental y es aquí donde se quiere incorporar esta medida. Por el momento, el PSIB se ha negado a apoyarla en ponencia, pero los ecosoberanistas volverán a pedir que se debata en la fase de comisión.

De prosperar, las casas que se construyan en el campo serán un 33 % más pequeñas que las que se permiten en estos momentos. La ley de suelo rústico establece que la edificación máxima construible en una parcela no podrá superar el 2 % de su superficie, cuando el límite está ahora en el 3 % de la parcela. Asimismo, Més quiere que los edificios no tengan más de dos alturas o de un máximo de ocho metros. Más restricciones: el volumen máximo de los edificios no podrá superar los 1.500 metros cúbicos y la separación mínima entre los edificios deberá ser suficiente como para que se singularice el impacto de cada uno de ellos. Més incluía en sus enmiendas la limitación para construir piscinas: solo se autoriza una por parcela y no puede superar los 35 metros cuadrados.

Sin embargo, los ecosoberanistas han retirado finalmente esta propuesta y otras que habían incorporado vía enmienda, como la ampliación de la protección de diversas zonas de Baleares, entre ellas es Trenc y la zona de Son Durí, en Campos, además de Génova y otras zonas de Palma. Més ha retirado estas peticiones de protección presentadas vía enmienda, pero mantiene un nueva en el municipio de Alcúdia.

El decreto urbanístico aprobado a finales de año tendrá pocos efectos reales en estas zonas protegidas de Balears, pero sí obligará al Consell de Mallorca ha introducir algunos retoques en la modificación del plan territorial que tramita en estos momentos. La propuesta de aprobación de este decreto partió de Més, pero las medidas más proteccionistas no salieron adelante por la oposición del PSIB. El Parlament debe decidir ahora si acepta o no las modificaciones que plantean los ecosoberanistas.

El apunte

Podemos quiere controles sobre la deforestación

Podemos también ha presentado enmiendas, algunas de ellas con Més, pero destaca una en la que pide que se establezcan controles para obligar a las empresas importadoras de materias primas a garantizar que los productos que venden en la Comunitat no han sido producidos en tierras deforestadas o degradadas de ninguna parte del mundo.