Las inmobiliarias de ABINI mantienen que el cliente extranjero, más interesado en las unifamiliares de lujo, no compite por la misma tipología de vivienda que el residente. | R.L.

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La iniciativa canadiense de prohibir la venta de vivienda a extranjeros para contener la subida de precios inmobiliarios ha reavivado las fricciones entre el Govern y el sector en Baleares a cuenta de este mismo tema. Las declaraciones de Juan Pedro Yllanes, alabando dicha medida, han caído como una patada en el estómago en la Asociación Balear de Inmobiliarias Nacionales e Internacionales (ABINI), que carga contra el vicepresidente balear por sus palabras.

«Jalear actuaciones como la de Canadá, que todavía no han podido ser analizadas en sus efectos, es altamente arriesgado», señala el presidente de ABINI y además director de Engel & Völkers en Mallorca, Hans Lenz, quien indica que intervenciones «agresivas» en el mercado de la vivienda -como es el caso de la limitación de los precios del alquiler en Berlín- han tenido graves consecuencias jurídicas al acabar siendo declaradas contrarias a la ley.

Yllanes señaló que la iniciativa canadiense podría ser tratada en el Consell de Govern del próximo lunes. La prohibición de vender viviendas a ciudadanos no residentes «sería un paso definitivo para empezar a solucionar el problema de la vivienda». Asimismo, el también conseller de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática calificó de «ejemplo a seguir» el caso de Canadá e insistió en que, a pesar de la complejidad jurídica, existen precedentes en la Unión Europea que además se corresponden precisamente con territorios insulares.

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«Los expertos han advertido de que limitar la compra a extranjeros no generará más vivienda para la población residente», señala Lenz para subrayar que, en cualquier caso, «la compra por parte de no residentes, una vez finalizado el boom provocado por la pandemia, está en claro retroceso».

La situación en Canadá

Por otra parte, la medida tomada por el gobierno canadiense, encabezado por Justin Trudeau, no ha sido en cualquier caso tomada en un momento tan tensionado del mercado inmobiliario como el que vive Baleares. El precio de la vivienda en el país norteamericano ha caído en torno al 13 % en el último año, una vez contenidas las potentes subidas que se registraron tras la pandemia. Mientras, en el Archipiélago balear el precio medio de la vivienda nueva aumentó un 9,1% durante el último año, según el Informe de Tendencias del Sector Inmobiliario elaborado por Sociedad de Tasación. Se trata del mayor incremento del país.

Para el presidente de ABINI, en todo caso, que las instituciones baleares apuesten por restricciones de este calado es motivo de condena. «Este Govern y los ayuntamientos harían mejor en aceptar las sugerencias que vienen del sector y activar de forma urgente un enérgico plan de vivienda asequible que de verdad funcione: hay muchos ejemplos a nivel internacional», sentencia Lenz para referirse a la falta de suelo y a las normativas que impiden crecer en altura como los verdaderos causantes del problema de la vivienda en Baleares.