Jaime Fernández, presidente de la Mesa de Minería de Baleares. | miquel a. canellas

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Jaime Fernández es el presidente de la Mesa de la Minería de Baleares. Constituida en 2011 agrupaba en el momento de su fundación a 140 empresas. Buena parte de ellas ha desaparecido a día de hoy. Fernández radiografía un sector en declive, por el aumento de la presion administrativa y social.

El Govern asegura que hemos pasado de 143 canteras activas a 64 en los últimos ocho años en Baleares. ¿Comparten estas cifras?

Habría que añadir las salineras y algunas canteras más. En su base de datos consideran como inactivas canteras que realmente no lo son. A veces las canteras pueden pedir voluntariamente una suspensión temporal de la actividad. Se hace con frecuencia, bien por una caída de la demanda o por una cuestión de que son empresas con varias explotaciones en activo que mezclan calidades de distintas explotaciones. Por ejemplo las arcillas lo hacen. Calculamos que en realidad quedan algo más unas 70 canteras en Baleares.

¿Qué es la Mesa de la Minería?

La Mesa de la Minería es una federación de asociaciones en la que están todas las asociaciones empresariales y colegios profesionales que tienen que ver con esta actividad. Yo por ejemplo soy decano del Colegio de ingeniero de minas. Tenemos 30 o 40 que son técnicos. Estaríamos hablando del orden de unas 140 empresas en el momento de la fundación que ahora serían una 70 más o menos.


¿Qué peso tiene Baleares dentro del cómputo nacional del sector? Según las estimaciones hay cerca de 2.400 minas y canteras en España.

En Baleares básicamente se extraen áridos (para la construcción, fabricación de hormigones y materiales de construcción), rocas ornamentales, marés (producto tradicional), yesos y arcillas.

¿Las Baleares también importan estos materiales?

Se importa poco de estos materiales, a lo mejor dentro de los áridos algún tipo de áridos especiales para determinadas aplicaciones, pero en cantidades ínfimas. Arcilla nada, yeso tampoco. Se importa roca ornamental (mármoles, granitos, etc) que en el volumen total representa cantidades pequeñas.

¿Qué impacto laboral ha tenido el cierre de canteras estos últimos años?

El número de empleos ha bajado poco las empresa que han desaparecido son canteras pequeñas qu, más que no poder aguantar la competencia no han podido aguantar la presión, las exigencias administrativas y vecinales. Eran las más artesanales y familiares. En número de trabajadores y potencia no representa nada. El volumen de extracciones se ha mantenido e incluso algún año ha crecido. Es Oscilante.

¿Qué futuro le espera al sector?

El futuro es complicado. Lo afrontamos con incertidumbre tanto desde el punto de vista empresarial como con respecto a las posibilidades de supervivencia de las explotaciones en determinadas condiciones de presión administrativa, social y de los medios. Nuestro sector, sin ninguna duda es el más intervenido que existe en Baleares. Constantemente somos sometidos a vigilancia. No falta ninguna administración que no nos visite y nos controle. Anualmente tenemos que presentar un documento (el plan de labores) que tiene que reflejar todo lo que se ha hecho en el año anterior y lo que se va a hacer al siguiente, tanto desde el punto de vista industrial como ambiental. También de seguridad laboral. Este documento tiene que contar con un informe favorable de una entidad colaboradora de la adminsitración. Si no se presenta la explotación puede ser sancionada, e incluso precintada.

¿Han recibido muchas sanciones?

Lo cierto es que no nos constan muchas sanciones, en general se ha cumplido.

¿La legislación autonómica es más exigente que la del resto de España?

Sí, sin lugar a dudas. Las Baleares son muchísimo más exigentes, exageradamente. Con muchísima diferencia es la autonomía en la que la adinistración presiona más al sector.

¿A qué cree que se debe? ¿Quizá al hecho de ser una Isla?

No. Canarias también son Islas y no pasa lo mismo y hay comunidades muy pequeñas como la Rioja en las que tampoco ocurre los mismo. Supongo que es una cuestión histórica. Hubo una relajación por parte de las adminsitraciones años y ha tenido un efecto rebote. La ley autonómica de minas es una normativa creada íntegramente aquí, en cuyo proceso de redacción intervino mucha gente. Cada uno aportó un granito de arena y cada granito de arena dificultaba más la actividad desde el punto de vista administrativo. Posiblemente esa la situación actual derive de eso.

Hasta su entrada en vigor el sector se regía por una ley preconstitucional...

La norma anterior que era del año 1973 sigue vigente. Es verdad que se aprobó anes de la democracia pero el reglamento es de 1978. Ahora el Ministerio ha iniciando un procedimiento para la redacción de una nueva ley de minas que aún está en estado embrionario. No creo que en esta legislatura… es difícil. Es una ley que es vital para unificar criterios y tener en cuenta las exigencias actuales medioambientales y también las necesidades de recursos. Las nuevas exigencias exigen también nuevos materiales. El litio es uno de esos materiales estratégicos. Ha cambiado totalmente el panorama de la minería).

¿Existe alguna mina de los llamados 'supermateriales' en Baleares?

De momento no. Es difícil predecir qué pasará el futuro. Materiales que ahora son de primera necesidad como el litio antes tenían poco valor estratégico.