Ciudadanos explican su postura tras realizar la compra.

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Supermercados, tiendas de alimentación, fruterías o panaderías han abierto sus puertas como primer día laboral del año con una gran novedad: los alimentos de primera necesidad han bajado el IVA de un 4 % al 0 % y los aceites y pastas del 10 % al 5 %. Por este motivo, hay ciudadanos que han preferido esperar hasta que entrase en vigor esta medida para llenar el carro de la compra. Este es el caso de Conchi Ruiz, una vecina de Palma que no ha notada ninguna bajada en los precios. «Todo lo contrario está todo más caro, ha subido muchísimo y no parece que haya intención de que esto cambie. Incluso hay productos que ahora cuestan 1 euro y con tan solo una semana de diferencia», explica en uno de los supermercados de su zona. En la misma línea se sitúa Manuel Lozano que afirma que todos los alimentos siguen igual y que no ha encontrado ninguna ganga.

Conchi Ruiz, una vecina de Palma.

Muy sorprendida se muestra Victoria Huguet que acaba de conocer la noticia del Gobierno al salir de hacer la compra. La residente tacha de «tomadura de pelo» la rebaja del IVA y considera que «para mi está todo más caro». También, Javier Campos dice que los precios siguen igual: «he gastado como siempre, como si hubiera ido la semana pasada». Indignación es la palabra que mejor describe lo que siente Uxia Bouza que sigue esperando encontrar en algún supermercado productos con precios más bajos. «No sé en que parte se supone que han bajado porque yo no lo he visto. Aunque lo que me parece exagerado es que productos como la leche, el arroz, el azúcar que son básicos y que tienes que comprar a la fuerza estén tan caros», comenta.

Uxia Bouza, a la salida de un supermercado.
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Margarita Gelabert se muestra indiferente ante la bajada del IVA en los alimentos, aunque dice que varios productos como «las cebollas siguen al mismo precio», aún así «me da igual porque tenemos que comer y yo tampoco lo encuentro todo tan caro». Esta consumidora critica que la gente proteste de que no tiene dinero y después sean los primero que acuden a un bar a comer donde les sale mucho más caro.

Margarita Gelabert, tras hacer la compra.

Por otra parte, también hay algunos ciudadanos que sí que han observado alimentos con costes más reducidos. «Los rollos de papel han bajado bastante. Yo creo que la medida aprobada por el Gobierno se está cumpliendo», señala Cristel del Pilar cargada con su carrito. Menos optimista ha sido Julia de Jesús que solo ha podido reducir el gasto de su compra dos céntimos. «La barra de pan antes costaba 0,50 céntimos y ahora a 0,48 céntimos. El resto sigue todo igual», explica. Otros, como John Bladh creen que al final lo único que te ahorras son pocos céntimos y «eso no ayuda para nada». Asegura que este descuento «es una tontería porque gastas casi lo mismo que siempre». En cuanto a la aplicación de la medida, hay consumidores que se quejan de que hay tiendas de alimentación que no se han enterado. Es el caso de Fina Ponsetí que indica que el pan que «he comprado en la panadería seguía al mismo precio».