Cada vez son más las personas que optan por comunicarse por WhatsApp, en lugar de realizar visitas. | Yeko Photo Studio

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WhatsApp ha supuesto toda una revolución en las relaciones personales. Por una parte, ha aportado aspectos positivos a nuestra vida cotidiana; pero por otra, también ha generado otros negativos. En relación a estos últimos, uno de los más destacados es que está motivando una reducción de las visitas, ya que cada vez son más las personas que optan por comunicarse a través del móvil en lugar de hacerlo cara a cara.

La psicóloga Marga Serra, miembro del Grupo de Trabajo de Psicología de Igualdad y Género del COPIB, explica que esto se debe a que con el móvil «resulta muy fácil contactar con alguien, a cualquier hora, cuando tenemos un momento. Antes tenía que estar en su casa, pero ahora ya no es necesario». Además, pone de manifiesto que se han normalizado mucho el envío de WhatsApps o las llamada, etc. «Tenemos acceso al móvil a todas horas y eso hace que se elija este método para contactar con otras personas, ya que la mayoría no tienen tiempo para desplazarse o quedar».

Estas afirmaciones de Serra están corroboradas por un estudio realizado por la Fundación BBVA. En concreto, pone de manifiesto que si en el año 2005 un 74 % de los españoles se veían en persona con sus familiares al menos una vez a la semana, ahora lo hacen un 63 %. En el caso de los amigos, la reducción de las visitas es aún mayor: los encuentros en persona han pasado del 78 % al 62 % en los últimos 17 años. El citado trabajo -que no cuenta con datos específicos de Baleares- aclara que no es que se haya producido un deterioro de las relaciones personales, sino que ahora se emplean más otros canales, como el móvil o las redes sociales. De este modo, un 80 % de los residentes en España hablan por teléfono con sus familiares un par de veces cada semana. Además, un 80 %, también, se comunican por WhatsApp o redes sociales con sus amigos, como mínimo una o dos veces semanales; más de la mitad lo hacen casi cada día.

Serra reconoce que la telefonía móvil aporta facilidades, pero advierte que también tiene inconvenientes. «Por el móvil se reduce mucho la calidad del intercambio. Es más frío, nos perdemos la parte de contacto físico y de expresión no verbal». En su opinión, «la calidad del tiempo y de la atención suele ser diferente y, en consecuencia, todo ello a nivel emocional aporta muchísimo menos». Además, subraya que no se puede ignorar que «el mensaje de implicación -a nivel de dedicación de tiempo y de importancia- que implícitamente le llega a alguien cuando recibe una visita, no es el mismo que le llega cuando simplemente tiene una llamada». En este punto, precisa que este último es un «aspecto que también conlleva un valor importante a nivel de aportación de bienestar o enriquecimiento emocional, en referencia a la persona o personas que reciben dicha visita o llamada».

Preguntada por las franjas de edad en las que más se da, responde que es principalmente entre las personas con edades comprendidas entre los 30 y los 50 años; esto se debe a que tienen hijos menores, trabajan y disponen de mucho menos tiempo». En el caso de los jóvenes, la psicóloga expone que los contactos personales también se han reducido, aunque no tanto como en las franjas citadas con anterioridad, por disponen de más tiempo libre.