Niños jugando en el patio del colegio Aina Moll. | Teresa Ayuga

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La concepción del patio escolar, como una simple pista de cemento con un campo de fútbol y, con suerte, otro de básquet, está siendo reinventada «rápidamente» en los últimos años, según la arquitecta catalana Mariona Genís, especializada en el diseño de estos ámbitos para niños de Infantil y Primaria. «No habíamos entendido que el patio también es parte del espacio educativo», considera, y, para ello, es necesario que tenga una diversidad de ambientes con un objetivo esencial: «Que todo el mundo se encuentre a gusto», apuntó Genís, que ayer impartió, junto al arquitecto Jordi Planelles, una jornada para asesorar a los técnicos del Institut Balear d’Infraestructures i Serveis Educatius (IBISEC) del Govern.

«No hay un patio ideal, cada escuela está en un lugar diferente y tiene una comunidad diversa», explicó, pero sí que tienen que tener elementos básicos. Los nuevos patios deben disponer de zonas dinámicas para hacer deportes, pero también lugares de calma (como en la ilustración de la derecha) en los que reunirse, leer, bailar o tener un contacto con la naturaleza, ya sea a través de una huerta escolar o contando con árboles y arbustos.

«Esta simple conexión produce beneficios para el aprendizaje y el desarrollo de los alumnos, según nos dice la psicología ambiental», comentó el maestro de escuela Pitu Fernández, que participó en la jornada junto a su pareja, Carme Coles, también docente. Ambos escriben desde hace años en www.elsafareig.org sobre la relación entre naturaleza y tecnología aplicada en los patios. «Todo esto, arquitectónicamente, equivale a tener muchos tipos de patios entendidos como una extensión del interior del aula y hacia la ciudad», resumió Genís.

Construir cabañas

«El problema es que hablamos de ‘patio’, cuando este es un lugar, una continuación más del aula donde seguir aprendiendo», defendió Coles. «Los niños piden patios diversificados, pero también bancos creativos que sean redondos y cuadrados, que se ajusten a ellos y a sus medidas», aseguró. En este sentido, propuso que los centros dispongan de las herramientas necesarias para poder construir cabañas, que es algo que «llevamos aquí dentro», dijo señalándose con un dedo la cabeza.

El director general de Planificació, Ordenació i Centres, Antoni Morante, recordó que en 2016 se definió un modelo de centro escolar que está siendo la base de las nuevas escuelas que se han construido desde entonces. Un modelo, dijo, que se ha mostrado «funcionalmente eficiente» desde un punto de vista energético porque incorpora paneles solares, elementos más aislantes y porches. Aun así, Morante valoró positivamente que expertos asesoren a los técnicos del Govern balear para que se complete el diseño citado, teniendo más en cuenta los patios escolares.