José Ramón Bauzá.

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El eurodiputado José Ramón Bauzá ha cometido lo que puede ser un ‘cohechito’ o un ‘cohechote’. La alternativa mala es que haya recibido dinero para favorecer a Catar, como ha ocurrido con la exvicepresidenta de la Eurocámara, Eva Kaili. Esa opción es cárcel. La menos mala es que los cataríes se hayan limitado a premiarle con un trato de lujo en hoteles y aviones para llevarse bien con un parlamentario europeo. También es un delito recibir regalos por ser un cargo público, aunque se castiga con penas más bajas (de seis meses a un año de cárcel).

Por eso mismo un jurado le impuso una multa a Jaume Matas: su mujer cobró un dinero por no trabajar porque su exmarido era presidente del Govern, pero entonces el delito solo se castigaba con dinero. Por algo parecido, fue juzgado, si bien absuelto el expresidente valenciano Francisco Camps, acusado de recibir trajes a medida como regalo. Bauzá ha dejado registro en sus redes sociales de esas prebendas, otra cosa es que se tire del hilo o no y que lleguen a delito, pero por menos se han abierto causas.

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Ahora mismo, la posibilidad de que Bauzá asuma una investigación penal formal depende de varios factores. Ciertos indicios iniciales hay: no deja de ser el promotor de un grupo de amistad con Catar, el país sospechoso de haber pagado a la vicepresidenta del Parlamento. El asunto es que el expresident ahora mismo está aforado. Como ocurre con cualquier parlamentario nacional, los europeos solo responden penalmente ante el Tribunal Supremo. En el caso de que las autoridades belgas detectaran algo raro en torno al expresidente del Govern no podrían encausarlo. Tendrían que comunicarlo a las españolas y al propio Parlamento Europeo.

El otro organismo que tendría algo que decir y que hacer es la Fiscalía de la Unión Europea, organismo que funciona desde enero de 2021 y en el que fiscales de distintos países se encargan de perseguir delitos que afecten a la unión. El fiscal jefe europeo ya ha pedido que se levante la inmunidad de Kaili y de otra diputada griega, Maria Spyraki, por una posible irregularidad en la gestión de los fondos para pagar a sus asistentes.

El Parlamento Europeo tiene una serie de recomendaciones sobre la actuación de los grupos de presión, que tienen que estar registrados. Recomienda a sus parlamentarios no aceptar agasajos como comidas o alojamiento por parte de estos grupos. En caso de que los haya y resulten sospechosos, les piden que den cuenta. Lo primero, Bauzá lo ignoró, lo segundo o le pareció normal o también hizo caso omiso.