Imagen de la entrada del colegio de La Salle de Palma. | Archivo UH

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La expulsión de treinta alumnos de una clase de La Salle por negarse a retirar una bandera de España llega a oídos de la Conselleria de Educación. Fuentes de la institución a las que ha tenido acceso Ultima Hora han desmentido que hayan recibido ninguna notificación oficial, tanto desde el centro educativo, como alguna denuncia o queja formal por parte de los padres. Pese a ello, y dada la repercusión mediática que ha aglutinado el caso, el lunes se enviará a un inspector de la Conselleria al centro para tomar declaración a alumnos, profesores, equipo directivo y padres sobre lo sucedido. En función de lo que se extraiga de ello, se estudiará si es oportuna la apertura de un expediente. Además, Educación ha incidido que, de darse el caso, el expediente no será de carácter público y la investigación, de realizarse, se llevará a cabo de forma interna.

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Según fuentes consultadas por esta redacción, los treinta alumnos fueron expulsados porque se produjo una situación de confrontación con la profesora de catalán a raíz de exhibir una bandera de España en el aula de los alumnos que cursan primero de bachillerato, con motivo del Mundial de Qatar. El protocolo del centro solo permite exhibir cualquier tipo de prenda o de bandera alusiva a ideologías o colectivos (ya sea, en este caso, la selección española, como puede ser la bandera LTBIQ+, por ejemplo) solo los días destacados (en este caso, las jornadas de partido, quedando fuera el resto de días que no juega España en el Mundial). Los alumnos defendían que contaban con el permiso del jefe de estudios con el fin de que la bandera pudiera permanecer en el aula. Sin embargo, la negativa de la profesora llegó al extremo de decidir la docente abandonar el aula y, en consecuencia, no dar la clase, tal y como estaba previsto. Una vez que se conoció el conflicto, la situación ha sido muy comentada en las redes sociales. Los padres mostraron su disconformidad por las formas en las que se decidió de esa forma suspender las clases y mandar de nuevo a los alumnos a casa. Sergio Campoy, padre de un alumno afectado y quien dio a conocer la noticia en Twitter, avisó que pondría el caso en manos de la Inspección Educativa -hecho que, de momento, no se ha dado, según Educación-.

El centro envió una circular a los jóvenes y sus familias este viernes [Puede leer aquí la circular íntegra] asegurando que «desoyeron las indicaciones de la profesora» que «cumpliendo con las normas de convivencia del centro y siguiendo las órdenes del equipo directivo» les pidió que no exhibieran la bandera española. «Actuando como masa, han coaccionado a una compañera que sí ha hecho intento de obedecer a la profesora» y «cuando la profesora ha abandonado el aula para consultar con el equipo directivo la mejor manera de gestionar el asunto, ha sido vitoresada y aplaudida con sorna por la mayoría de los alumnos». «Como director técnico y ante la gravedad de los hechos, he tomado la decisión de cancelar las dos sesiones lectivas que restaban para finalizar la jornada, pues el respeto a los profesores, así como el respeto y solidaridad a los compañeros propiciando un ambiente de convivencia positivo, son obligaciones que deben cumplir todos los alumnos. Sencillamente no podemos impartir clase en una etapa educativa no obligatoria a un grupo de alumnos que no quiere acatar las normas de convivencia del centro», dice el director técnico de secundaria en la misiva. La carta afirma reconocer y respetar «el derecho de los alumnos a la manifestación de discrepancias, de carácter individual y colectivo, pero siempre en la forma que determina el Reglamento de Organización y Funcionamiento del Centro, a través de los representantes de los alumnos y cuando el objeto de la reclamación sea sobre decisiones de carácter educativo».