Soledad Gallardo, gerente del Hospital Comarcal de Inca. | CAIB

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Cien pacientes del Hospital de Inca que superan el «tiempo de espera que se considera admisible» están siendo citados desde esta semana por el centro hospitalario público para acudir a una consulta ‘presencial’ en la que habrá una enfermera in situ y un cardiólogo en videollamada. Se trata de un ‘Plan piloto de telemedicina’ impulsado por el Hospital Comarcal de Inca para reducir las listas de espera. Lleva meses padeciendo problemas de falta de especialistas y actualmente tiene a más de 800 pacientes de cardio pendientes de consulta.

Los cardiólogos que atenderán en remoto no estarán en otros hospitales públicos. Son especialistas contratados por una empresa privada de telemedicina que opera a nivel nacional. «Los cardiólogos no son de aquí, ni de nuestro equipo, ni de otros hospitales públicos de Baleares, son de diferentes sitios. Hemos contratado a una empresa privada que funciona a nivel nacional que es la que aportará los profesionales», explica la directora gerente del Hospital de Inca, Soledad Gallardo.

La telemedicina llega por primera vez a Mallorca con este plan piloto que durará hasta el 31 de diciembre. «Es algo que tiene unas ventajas teóricas pero hay que ver cómo funciona en la práctica, una vez termine el pilotaje. Entre otras cosas hay que ver la satisfacción del paciente. Tengo confianza, si funciona puede ser una solución estupenda, pero requiere una labor previa laboriosa para el equipo y también puede haber pacientes que no se sientan cómodos», dice Gallardo.

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El Hospital Comarcal de Inca ha consolidado ahora una plantilla propia de cardiólogos. Tiene cuatro contratados en estos momentos a los que se les sumará esta ayuda externa. No tiene cardiólogos de urgencias de forma que toda la plantilla se dedica a la atención de planta y consultas externas. «Veníamos de una situación muy complicada con la pandemia y encima hemos tenido carencia de profesionales, eso es lo que nos ha llevado a poner en marcha este plan piloto porque buscábamos la manera más rápida de reducir las listas de espera», dice Gallardo. Si el resultado es bueno no descartan ampliar el servicio a otras especialidades. «Muchos hospitales lo están haciendo y nos dicen que es el futuro, pero es pronto para sacar conclusiones», dice la gerente del hospital.

Los pacientes que formarán parte del plan piloto han sido seleccionados en función de su edad (menores de 50 años) y de su historia médica. Reciben una llamada del servicio de atención al paciente del centro que les informa de la puesta en marcha de un nuevo servicio de telemedicina. En esa única llamada se les cita para realizarse todas las pruebas previas y para la visita presencial con el médico en videollamada. «Si se les atendiera de la manera tradicional tendrían una primera visita presencial con el cardiólogo en el hospital de Inca que les encargaría las pruebas que consideraría necesarias y tendrían que volver a esperar para una segunda visita. Con la telemedicina llegan a la primera consulta con todas las pruebas hechas. Si el cardiólogo que les atiende por videollamada considera que hay que hacer nuevas pruebas o un seguimiento, las siguientes citas serán presenciales con un cardiólogo de nuestro equipo en el hospital», dice Gallardo.

Es importante señalar que el plan piloto implica que algunas de las pruebas de diagnóstico que habitualmente hacen los cardiólogos las pasen a hacer enfermeros y enfermeras de cardiología que «han recibido formación específica». En concreto para la realización de ecocardiogramas de plano básico. Es lo que los especialistas llaman ‘ecografía de screening’. Si durante la consulta presencial el cardiólogo que asiste por videollamada ve indicios de alguna alteración se les citaría, esta vez sí, a una consulta presencial con un cardiólogo, que realizaría el ecocardiograma al uso. «Lo que hacemos es convertir las primeras visitas de estas personas en visitas de alta resolución», defiende Gallardo.

La gerente del hospital de Inca explica los criterios que se han seguido para seleccionar a los 100 pacientes de la prueba piloto: «Se está contactando con gente joven (menos de 50 años) que por edad es más fácil que no tengan una patología importante y además pensamos que se pueden sentir más cómodas con la videollamada que personas a lo mejor más mayores. No llamaremos a nadie que tenga pendiente una consulta urgente o preferente. Van por otra vía. Las personas elegidas llevan esperando consulta un periodo que no nos parece razonable, de hasta un año».