La congregación deja Palma por la falta de vocaciones y las dificultades económicas para atender a 69 internos. | Pilar Pellicer

TW
45

Las Hermanitas de los Pobres abandonan la residencia de gent gran de la calle General Riera. Después de 145 años en Palma y 82 en el conocido edificio del Eixample, las religiosas de esta congregación recibieron el pasado martes el anuncio por parte de la madre provincial de la congregación de que tendrán que dejar la Isla. «La residencia no cerrará y la congregación va a esperar un plazo de año y medio o dos años hasta que encontremos a una empresa solvente que se haga con su gestión», señaló Rosa Aloy, directora técnica de la residencia.

Por este motivo hacen un llamamiento a cualquier entidad interesada en la casa, que puede contactar con la congregación a través del email apbcnsev@hermanitasdelospobres.es. Hasta ahora quedaban tres religiosas trabajando y dos jubiladas, a las que se suman una plantilla de 50 trabajadores y 69 residentes. La residencia cuenta con 90 plazas en total pero no está al 100 por cien de ocupación por el COVID.

Noticias relacionadas

Escasos recursos

Según reza el comunicado difundido por esta congregación, «las Hermanitas de los Pobres, congregación religiosa implantada en Palma desde el año 1877 y que atiende a personas mayores con escasos recursos económicos, se ha visto en la triste necesidad de anunciar ayer [por el martes] a sus residentes, personal asalariado, amigos y bienhechores la decisión de dejar la casa de ancianos que tiene ubicada en la calle General Riera 17 de Palma». «Esta congregación, ya no tan conocida por los mallorquines como antaño, debido al cambio demográfico sufrido en las últimas décadas ha pasado y pasa por serias dificultades económicas para afrontar los gastos del funcionamiento de la Casa», reza el comunicado.

Las aportaciones y ayudas entre las diferentes casas, les han permitido subsistir hasta ahora, ya que «no reciben ninguna subvención pública y con las módicas pensiones de los residentes no alcanzan siquiera para pagar al personal asalariado». Las Hermanitas de los Pobres ya pidieron ayuda en ocasiones anteriores para hacer frente a los recibos del agua o los pagos de comida para atender a sus residentes, que tienen pensiones muy bajas o ningún ingreso. «Todo ello unido a la falta de vocaciones y a que cada vez las Hermanitas son menos y más mayores, ya no les es posible mantener abiertas el mismo número de casas por la geografía española», señala la congregación.

Carta de las Hermanitas de los Pobres

Las religiosas han querido «agradecer a todas las personas que las conocen su apoyo y comprensión en estos momentos tan duros». También agradecen «a todos los bienhechores que aún contribuyen al mantenimiento de esta residencia toda la ayuda que han prodigado a lo largo de los años».
La situación es similar en otras comunidades y las Hermanitas de los Pobres tuvieron que abandonar las residencias de Segovia, Antequera (Málaga) o Manresa. Otras congregaciones también atraviesan problemas debido a la caída de las vocaciones. A mediados de 2020 también cerró la residencia de ancianas de las Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús, en el Carrer del Bisbe.