Dos jóvenes en paro que participan en programas de garantía juvenil. | Pere Bota

TW
17

La generación nini (ni estudia, ni trabaja) pasa de refilón por Baleares. Aquí, los datos son positivos en relación a este perfil: representan un 16 % sobre la población total. En relación a esta curva, el paro juvenil trae también buenos resultados. Según datos hasta septiembre, hay 6.514 personas, un 29 % menos que en 2021. Pero si lo comparamos con los datos de 2020, cuando había 19.794 jóvenes en esta situación, la mejora es enorme. Son datos que comparte el SOIB

Las cifras son una cosa, pero las limitaciones económicas, el encarecimiento de la vida o las dificultades para acceder a un trabajo sin experiencia siguen preocupando con creces a este grupo poblacional. Los jóvenes menores de 30 años sí trabajan, pero en condiciones indeseadas.

Jessica, 29 años y mallorquina, se graduó en Derecho hace ya unos cuantos años. Hasta la fecha, nunca ha ejercido su profesión. Empezó como camarera, luego pizzera y los últimos años ha cabalgado entre teleoperadora y administrativa. Hasta ahora, era fija discontinua en un cámping de Alicante. «Tengo paro para seis meses. Si no me vuelven a coger, me tendré que buscar la vida. Pero al mundo jurídico, en general, es muy complicado acceder, aunque no tiro la toalla». Asegura que «los idiomas me han servido más que los estudios universitarios para encontrar trabajo».

Algo similar opina Raúl Sáez, de 21 años y recién graduado en Administración y Dirección de Empresas. Este joven acaba de entrar en el paro. Desde los 16 años ha estado trabajando esporádicamente en una cadena de comida rápida, algo que compaginaba con los estudios. Observa que «si te quieres dedicar a la hostelería, se necesitan idiomas. Yo domino el inglés, pero mi problema es que no tengo título para demostrarlo». Si tuviera que retroceder atrás, no dudaría en estudiar lo mismo, pero sí que añadiría más títulos de idioma en su currículum porque se está dando cuenta de que hoy en día es fundamental para cualquier trabajo. La dificultad para entrar en una empresa sin experiencia es una de las mayores complicaciones que ve Raúl en su generación. «Veo muy poco interés para fomentar a los jóvenes, directamente no cogen si ven falta de experiencia», lamenta. Esto le ha llevado a que «no haya podido hacer nada relacionado con mi profesión». Pero no duda en que no se rendirá, y le gustaría crear su propia empresa.

El perfil de nini

El perfil del 16 % de nini en Balears responde a jóvenes que no han completado la Educación Secundaria Obligatoria, informa el director general de Model Econòmic i Ocupació, Llorenç Pou, área que pertenece al SOIB. A pesar de todo, es un buen número que en los últimos años se ha ido reduciendo por la reactivación generalizada de la economía y por los «esfuerzos» desde la Administración.

Aquí menciona las formaciones duales, esto es, que ofrecen formación y trabajo a la vez. «El SOIB invierte cada año 25 millones en estos colectivos para llevar a cabo programas de inserción laboral», señala. En el último año, 700 jóvenes ninis consiguieron un acceso al mundo laboral por alguno de los programas. Muchas veces, la formación dual hace que el 65 % de estas personas consigan un trabajo.

Por otra parte, los menores de 30 años con estudios superiores tampoco consiguen experiencias laborales. Pou menciona que de los 25 millones destinados al colectivo parado, seis millones van a proyectos como Qualificats, que ayuda a jóvenes con estudios de grado o Formación Profesional superior a conseguir sus primeros contratos laborales.