El calor adelanta una vendimia que se prevé de calidad. La escasez de agua y las altas temperaturas han provocado la rápida maduración de las uvas. | G.A.

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Las altas temperaturas que estamos viviendo en este final de octubre afectan a los ciclos de crecimiento, brotación, floración y maduración de las plantas productivas, es decir, de diferentes cultivos para la alimentación. José Mariano Escalona, profesor de titular de Producción Vegetal en la UIB, explica que «los procesos fisiológicos de las plantas se acortan, aceleran y adelantan con estas temperaturas anómalas. Antes de los valores actuales, ya vimos que la vendimia se adelantó considerablemente por la maduración precipitada de las uvas, afectando a la composición de los vinos. También se empezó a recoger aceituna hace unas semanas, pero se tuvo que parar la actividad porque el rendimiento graso de los frutos recolectados no era suficiente para producir aceite».

Escalona señala que «las plantas lo están pasando mal porque, además, no tienen agua. El estrés térmico va de la mano del estrés hídrico. Sin reservas de agua en las raíces y sin poder refrigerar las hojas se puede comprometer la capacidad productiva de la especie, bajando su rendimiento. Las plantas sufren los dos tipos de estrés, se debilitan y tiran antes la hoja. Con temperaturas normales, las yemas acumulan calor para florecer. Sin embargo, si esa acumulación de calor es muy rápida, la floración se adelanta. Así, el calor actual puede provocar rebrotes, pero el previsible frío posterior reducirá la capacidad de producción».

No obstante, la anomalía de las temperaturas no sólo afecta directamente a las plantas, sino también a los polinizadores. El profesor de la UIB señala que «la conducta de los polinizadores también se ve alterada, pues buscan temperaturas más frías, y las plantas, si no son autofecundantes, los necesitan». Escalona indica que «con el cambio climático, en algunos cultivos se está buscando qué variedades –nuevas, tradicionales o híbridas– son capaces de soportar estas temperaturas. En zonas de Catalunya y Castilla y León se está estudiando la creación de viñedos hasta mil metros de altura, pues por cada cien metros se rebaja un grado la temperatura media. En cualquier caso, ya hay viñedos situados entre 400 y 700 metros».

El apunte
Joan J. Serra

Máxima de 34 grados el pasado miércoles en Sóller y almendros que florecen en Eivissa

Joan J. Serra

La Agencia Estatal de Meteorología pronosticó, coincidiendo con el final del verano y el inicio del otoño, que lo más probable es que en la actual estación se registren temperaturas más altas que las habituales, mientras que las precipitaciones serían normales respecto al período de referencia 1981-2010. La temperatura media en las Islas en el trimestre octubre-diciembre es de 15 grados, cuando en los últimos días se han registrado valores superiores a los 30 grados. El pasado viernes, la Vall de Sóller registró una temperatura máxima de 34 grados, la más alta de España en ese día. Ese valor térmico, registrado en la estación meteorológica de sa Vinyassa, entre Sóller y Fornalutx, es récord para un mes de octubre en la Vall, pues el anterior, de 33,6 grados, se remontaba a 2004. El récord de temperatura máxima en Mallorca en octubre es de 34,5 grados, por lo que el valor de la Vall de Sóller se quedó muy cerca. Por su parte, en Eivissa ya se han visto almendros que brotan y florecen, ‘creyendo’ que con este calor se acerca la primavera.