La población en edad pediátrica es la que más está sufriendo las consecuencias del regreso de los virus, son el colectivo con menor memoria inmunológica. | Reuters

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Tos, mocos, faringitis, vómitos, diarrea… Todos ellos son síntomas de virus respiratorios y, quien más quien menos, los está sufriendo en estos momentos, sobre todo, entre la población infantil. En catalán existe una expresión muy popular: n’hi ha una passa y los expertos lo confirman, la hay. El sistema inmunitario de la población se ha acostumbrado a la circulación del SARS-CoV-2, responsable de la COVID, y en este punto, el resto de virus respiratorios está recuperando su nicho y crecen antes de tiempo, de forma más impactante y prolongada.

El número uno en esta lista es el Virus Respiratorio Sincitial (VRS). «Alrededor del 60 % de las muestras por afectación de virus respiratorios tomadas en Son Espases salen positivos y de estos, la mitad lo son en VRS», explica el jefe de virología del hospital, Jordi Reina. Es más, la enfermedad que causa la bronquiolitis, sobre todo en menores de un año, está afectando a los bebés de forma más severa. «Es una temporada con más ingresos pediátricos en UCI que en planta, así que los que vienen están mal», añade el doctor Reina.

Si bien la época habitual de propagación de este virus se inicia en noviembre, varias semanas antes de la llegada habitual de la gripe, «ahora ya estamos en una rama ascendente de la epidemia». El VRS se adelanta a su calendario epidemiológico y además no es el único. La presidenta de la Asociación de Pediatras de Atención Primaria (APapIB), Marianna Mambié, confirma que en los centros de salud «ya vemos cuadros que normalmente aparecen a finales de diciembre», y atención a otro virus: «ya vemos a niños con gripe A».

La situación «es rarísima», asegura, aunque «probablemente nos avisa de la temporada que vamos a tener». Como se recordará, en el invierno del hemisferio Sur se ha visto una gran propagación del virus de la influenza y esa es la previsión de lo que se espera para esta temporada. Por otra parte, los pediatras de los centros de salud ven cuadros catarrales «más graves y más largos», con por ejemplo más días de fiebre. Los más afectados, advierten, son los menores de 3 años que van a escoletas o guarderías.

La gripe ha tenido un comportamiento irregular durante todo este 2022. Si bien prácticamente desapareció durante la pandemia, volvió a reaparecer con más fuerza a finales de este invierno. La red centinela de vigilancia de enfermedades de declaración obligatoria ha ido notificando entre 10 y 20 casos semanales durante el verano cuando, lo habitual es poner el contador a cero en los meses de verano. «Aquello que le decimos a los padres de que los mocos se acaban con el calor, este año no ha sido así», explica la doctora Mambié. Por último también repunta el adenovirus, «que probablemente esté detrás de la gastroenteritis», lo hace fuera de temporada y sus síntomas son más intensos y largos. El virólogo, Jordi Reina, lo confirma y habla de un brote fuera de temporada.