Paco entró en una residencia el 23 de septiembre y asegura estar muy cuidado. | P. Pellicer

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Esta es una historia de un padre y una hija y unos acontecimientos que han llevado a Francisco Colom, a Paco, de 78 años, a vivir en la calle durante dos meses, ya que desde el verano no puede volver a su casa. Paco tiene una orden de alejamiento contra su hija, de 49 años y discapacitada. Desde que le diagnosticaron un problema neurológico hace casi diez años, que ha llevado a esta mujer a un estado vegetativo, ella vivía con su padre y una cuidadora.

Nadie sabrá lo que ha sucedido realmente en el núcleo familiar de Paco Colom, ni que el malo sea tan malo o el bueno, tan bueno. «Mis hijos me denunciaron a mí y a la cuidadora por malos tratos hacia mi hija, pero yo no he hecho nada», dice desde la residencia en la que se encuentra desde de septiembre. Este periódico se puso en contacto con uno de sus hijos, Toni. Justifica que a finales de junio encontraron unos «golpes extraños» en su hermana, y que temían que podía ser cosa de la cuidadora. «A nuestro padre le dimos la opción de quedarse en el piso si echaba de inmediato a esta mujer, pero no quiso».

Durante dos meses, Paco malvivió en la calle Cotlliure y recibió ayuda de los vecinos de la barriada, que le daban comida y ropa.

Los hijos denunciaron este hecho ante la Policía Nacional. Como Paco Colom era el tutor de su hija, le llevaron al calabozo junto con la cuidadora. Al salir y tras infringir la orden de alejamiento que tenían, volvieron a ser detenidos. Paco lamenta que «mis hijos han venido a ver a su hermana y a mí tres o cuatro veces en estos los últimos ocho años. Y uno solo venía a pedirme dinero». Asegura que repartió toda la herencia de su mujer, que falleció en 2005, a sus hijos.

En la calle

Durante los meses de verano y septiembre, Paco ha malvivido en la calle Cotlliure, junto al Mercadona, con la cuidadora. Ella, sin embargo, al mes se marchó de España. Los vecinos y amigos estuvieron ayudándole y alimentándole. En las imágenes, se puede ver cuál era su situación. Tras ese periodo durmiendo en el suelo y entre mantas, a pesar del calor, le llevaron a Ca l’Ardiaca, donde estuvo seis días hasta que unos amigos consiguieron trasladarle a una residencia.

Paco está ahora pendiente del juicio, pero espera que se resuelva a su favor y conseguir la tutela de su hija y su piso. Todavía dice que «no entiendo qué culpa tengo para que mis hijos me hayan hecho esto». Su hijo Toni cuenta a Última Hora una versión distinta de los hechos. Denunciaron a la cuidadora por supuestos malos tratos, pero en ese momento Paco era el tutor y responsable del cuidado de su hija. «Mi hermana no estaba bien, estaba sucia y muchas veces mi padre la dejaba sola. No puede hacer eso, tiene ataques epilépticos», responde Toni.

En la imagen, Paco Colom durmiendo entre mantas durante los meses de julio y agosto.

Por otra parte, niega que él ni el resto de hermanos recibieran ninguna herencia. De hecho, «nosotros renunciamos a ello, solo queríamos que saliera la cuidadora cuanto antes por el bien de nuestra hermana. Estimamos que mi padre se ha fundido, no sabemos cómo, más de 170.000 euros que tenía mi hermana, porque cobra una paga de 2.500 euros por dependencia y tenía ahorros». Pero arremete contra su padre: «No me preocupa cómo esté él, sino mi hermana. Piensa que el maltrato es solo pegar y por eso dice que no ha hecho nada, pero descuidarla también lo es. Así que no me da pena».