Vista general de la sala Verde del Parlament, durante la comparecencia de Palomino.  | Pilar Pellicer

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«¿Le parece, seriamente, que el principal problema de esta comunidad es la familia Palomino?». Así encaró este miércoles el director general del IB-Salut, Manuel Palomino las acusaciones de enchufismo que el PP vertió tres días después del debate de política general. El dirigente cuestionado comparecía en sede parlamentaria, a petición propia, tras asumir su cargo el pasado mes de julio, y con la intención de explicar el programa de trabajo de su departamento. Dos horas después de haber iniciado el debate sanitario, Palomino procedió a responder a la diputada popular, Isabel Borrás, quien «aunque sea incómodo y desagradable para usted», le pidió explicaciones sobre la actividad laboral de su familia más cercana, «por una cuestión de transparencia».

Manuel Palomino reconoció haberse sorprendido. «Dije ¿eso es serio? Si no me han pedido nada», señaló, indicando que los grupos parlamentarios tienen la opción de realizar preguntas escritas y petición de documentación. En este sentido, y al ver expuestas informaciones de carácter privado de su familia, «les hago una propuesta», dijo, «me dice cómo han accedido a los datos de mi familia y yo le contesto a todo pese que no sea objeto de esta comparecencia». El director del IB-Salut fue contundente y se mostró enfadado por el objeto de debate. «Han hecho una acusación en público de la que yo, con su inmunidad parlamentaria, no me puedo defender», dijo. «¿Sabe cómo me siento? ¿Sabe la portada del disco de Extremoduro? Como Jesuscristo García: peguen ustedes porque no voy a poder hacer nada», añadió.

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Palomino se preguntó si se podría haber vulnerado la ley de protección de datos. «No sé si alguien ha entrado en el expediente de salud laboral de mi hija», cuestionó. «¿Cómo han sabido que que cobró una productividad de 22 euros? No les veo hurgando en expedientes, ¿cómo lo han hecho?», prosiguió. El máximo responsable del IB-Salut defendió que su mujer entró en el Servei en el año 1988, antes que él, que lo hizo en 1992. «Soy un planificador excelente, fíjese», tiró de ironía.

Sobre su hija, explicó que es enfermera desde 2014. Durante la pandemia, «le gustan las Urgencias y la geriatría y tiene que ejercer su profesión. Ahora ya no, claro, es la hija del director general», lamentó. Palomino explicó que es un puesto eventual y que en un futuro tendrá que definirse porque forma parte de la unidad que hace los seguimientos de las residencias a raíz de la pandemia por COVID. por otra parte, señaló que, ciertamente, su pareja también es enfermera «¡Qué raro! ¿Dónde la habrán conocido?», volvió a ironizar, lamentando la intromisión en las relaciones sentimentales de sus vástagos.

Por último incidió en que su hijo es técnico de emergencias sanitarias y tiene un contrato de obra y servicio al que accedió por el SOIB. «Entró por COVID y se va a la calle en cuanto acabe la pandemia. Esa es la gran ayuda que le he hecho», añadió. La diputada del Partido Popular, Isabel Borrás, puso en cuarentena todas las respuestas, criticó que se le hiciera llegar la documentación solicitada dos horas antes de la comparecencia y anunció que en caso de gobernar, «haremos una auditoría (al IB-Salut) con una empresa independiente, porque hay que acabar con el enchufismo». Por su parte, el portavoz de Més per Mallorca, Miquel Ensenyat, criticó las acusaciones por su tinte personal y recordó que «si alguien tiene sospechas puede ir a la Oficina Anticorrupción».