Gili, con el cartel, y parte de su futura dirección.

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El nacionalismo y el regionalismo son «modulaciones de intensidad» o «matices» de algo más amplio: el «balearismo». Así (y ambos términos, nacionalismo y regionalismo, citados una sola vez y entre paréntesis) lo recoge el documento político que el PI-Proposta per les Illes aprobará el próximo sábado en un congreso que se plantea casi como de refundación y con el que, este partido, encara un proceso electoral del que quiere salir como la opción de referencia para futuros gobiernos.

Nadie niega en el PI, ni el propio aludido tampoco, que detrás de esa la ponencia política está la mano de Josep Melià, su portavoz parlamentario e impulsor de Convergència per les Illes, que en 2012 se fusionó con la Lliga Regionalista de les Illes de Jaume Font (en la fotografía circular), Nou Partit d’Eivissa y Unió Menorquina, la versión menorquina de Unió Mallorquina. De este partido, también fue dirigente. Igual que fue dirigente su padre, Josep Melià i Pericàs, teórico del nacionalismo desde el centro y figura clave del final del franquismo y de la Transición.

El PI-Proposta per les Illes saldrá de ese congreso –y que además elegirá una dirección que es, básicamente la actual pero con una propuesta de integrar a todas las corrientes y sectores– como un partido centrista. El PI quedará anclado en el centro, «un centrismo amplio» que, según se recoge en su ponencia política, deberá ser «transversal y de amplio espectro» y «no sólo político, sino también sociológico». Un centrismo que tiene que definir a un partido «hecho aquí, por los de aquí, inequívocamente balear y que prioriza los intereses de la ciudadanía isleña por encima de otra cuestión» y «a diferencia de los partidos de obediencia estala que actúan de acuerdo a criterios establecidos por sus respectivas direcciones estatales».

Candidaturas

El actual y próximo presidente del PI, Tolo Gili, explicaba esta semana que el congreso del próximo sábado «cerrará heridas» y encarará la carrera electoral partiendo de lo local y lo insular (de hecho, el PI potenciará sus estructuras insulares) pero dejando claro que un partido local tiene que ser decisivo también en la política estatal (sus ejemplos son el PNV y Coalición Canaria) y «avanzar hacia una España federal o confederal». El PI se aleja en su ponencia de la vía independentista catalana.

El PI tiene presencia en una veintena de gobiernos municipales de Mallorca y ocupa las alcaldías, entre otros, de Alcúdia, Sant Joan, Ariany, Costitx, Banyalbufar, Sencelles, Felanitx y Porreres. Jaume Monserrat, alcalde de Felanitx, y Xisca Mora, alcaldesa de Porreres, forman parte de la dirección desde sus vicepresidencias. No está claro (pero eso es algo que se decidirá en unas primarias y no en el congreso del sábado) que Mora, portavoz del Consell de Mallorca, sea la candidata a la Comunitat Autònoma. «No hay nada decidido», se insiste desde el PI.

«En el eje derecha-izquierda hemos establecido claramente nuestro ámbito en el espacio del centrismo, pero no entendido el término como un eufemismo de la derecha acomplejada que dice perseguir el centro sin alcanzarlo nunca», indica otro apartado del documento de Proposta per les Illes, que también expresa que en el «centrismo balearista» desde el que quiere crecer cabe «el liberalismo, la democracia cristiana y la socialdemocracia».