las nuevas oficinas de Dressler. | PERE BOTA/DRESSLER PARTNER GRUPPE

TW

El encanto de Mallorca ha atraído desde hace décadas a numerosos extranjeros para ubicar aquí su segunda residencia, e incluso la primera. La pandemia y el confinamiento ha espoleado el interés de los foráneos por contar con una casa en Mallorca. Así lo constata Grupo Dressler & Partner va a cumplir treinta años en el diseño, construcción y promoción de viviendas de alto standing en la Isla, especialmente enfocados en el mercado germano (con clientes de Alemania, Suiza y Austria principalmente).

Wolfgang Dressler, gerente y administrador de la compañía, se prepara para un año de celebración por el aniversario de la empresa en la Isla. Además, la compañía se acaba de trasladar al polígono de Son Oms, donde ha centralizado a sus empleados. Junto a Dressler dirige la compañía Oliver Kramer, CEO de Grupo Dressler & Partner, y Kioma Dressler, la nueva generación que ejerce como jefa de diseño de interiores de la compañía con sede en Palma y que prima ante todo los materiales típicos de la Isla. «Disfruto cuando los clientes me piden una casa de estilo mallorquín», dice Kioma Dressler. Por su parte, Wolfgang Dressler señala que «el cliente al principio solo era alemán pero diez años después nuestra cartera se amplió a la zona germana, incluyendo además a suecos».

Con la pandemia, los clientes de Dressler reclaman vivir en el campo.

Terrenos en cartera

En 2006 se ampliaron los servicios de la empresa y contrató el primer arquitecto. Ahora tiene en sus filas a 12 arquitectos a lo que hay que sumar ingenieros y aparejadores. «Contamos con un paquete de servicio completo, que van desde la compra de terrenos (ofrecen la posibilidad de comprar alguno de los 580 terrenos de la Isla que tienen en cartera) y somos la plataforma más grande de la Isla. Con el terreno empieza todo», advierte Dressler.

PB200922008183.jpg
Wolfgang Dressler.

Ahí entra en juego el servicio de arquitectura, que diseña la vivienda, después su construcción «trabajando siempre con empresas de la Isla», así como la promoción de inmuebles. Solo este año ya han llevado a cabo 42 proyectos y el valor de mercado de cada inmueble oscila entre el millón y los ocho millones de euros. El 50 por ciento de sus clientes llega a través de recomendaciones y su actividad se concentra en Andratx, Santa Ponça, Santanyí e interior de la Isla. Desde que inició su actividad en la Isla, Dressler ha constatado un cambio en la Isla: «Si antes un terreno valía 6.000 euros, ahora puede ascender a 280.000 euros».

El apunte

Los retrasos en las licencias de obras, una preocupación

Dressler comparte la preocupación del sector de la construcción y promoción: «Hay ayuntamientos que tardan más de dos años en otorgar una licencia de obras por falta de personal. Desde que alguien tiene la idea de hacerse una vivienda en laIsla, después encontrar el terreno, diseñar los planos y luego construir se pueden tardar cuatro años en tener su casa», dice Dressler.