Jaume Morey y Fernando Fernández recuerdan el gran susto que pasaron, pero que, afortunadamente, terminó bien.

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«Estar en menos de cinco minutos en el hospital me salvó la vida y me libró de secuelas». Así resume Jaume Morey, fotógrafo de Ultima Hora, su experiencia tras haber sufrido un ictus en febrero de 2013. Además, destaca que le está especialmente agradecido a su compañero Fernando Fernández, redactor de Deportes de este periódico. En este sentido, recuerda que estaban juntos en Playa de Muro haciendo un reportaje sobre la Challenge Ciclista Mallorca, prueba que iban a cubrir ese día.

Morey fue a subir al automóvil, que iba a conducir Fernández, cuando empezó a sentirse como si estuviese «borracho». «Hablaba mal y al entrar al coche me di un golpe», resume. Fernández apunta que se asustó cuando vio a Morey golpearse y al comprobar que no era capaz de ponerse el cinturón de seguridad. En ese momento, el periodista de Deportes llamó al médico de la Challenge, el doctor Teo Cabanes, y le contó los síntomas que tenía su compañero. Inmediatamente le dijo: «Ha sufrido un ictus, llévalo rápidamente al hospital de Muro», que es el más cercano.

Morey dejó de ver a su compañero y pensaba que la voz que sonaba era de la radio. «Empecé a balbucear y no podía hablar, parecía que iba borracho. Fernando me hablaba y yo no lo veía; me parecía que sonaba la radio», rememora. El fotógrafo de Ultima Hora llegó al hospital de Muro en cinco minutos, donde lo esperaban los médico y lo atendieron con urgencia. «Gracias a eso no me ha quedado ninguna secuela», reitera. Por ello, insiste en animar a las personas que puedan padecer alguno de los síntomas compatibles con esta enfermedad (la pérdida de fuerza o sensibilidad o sensibilidad en un lado del cuerpo o extremidad; dificultades para hablar o comprender; pérdida de visión en un ojo; dificultad para caminar o coordinar la marcha) a llamar rápidamente al 061 o acudir al hospital más cercano.

El paciente fue trasladado al hospital de Son Espases, donde estuvo ingresado unos cinco días; tres de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para controlar la evolución del ictus. Su modo de vida era bastante sano, ya que unos años antes había padecido un infarto que lo animó a dejar de fumar y a reducir el consumo de grasas. Afortunadamente, todo quedó en un gran susto y actualmente goza de un buen estado de salud.