El inicio del curso escolar suele estar cargada de nervios, emoción y reencuentros tras el verano. | Jaume Morey

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El curso escolar arranca en Baleares el próximo lunes, 12 de septiembre, y estos días han sido especialmente complicados para los padres, que han tenido muchas dificultades para poder conciliar. Ante esta circunstancia se plantea el debate de si se debe adelantar el calendario. Cataluña ya lo ha hecho este año y allí las clases comenzaron el pasado lunes, 5 de septiembre. Extremadura también se lo planteó, pero finalmente no llegó a un acuerdo con la comunidad educativa. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha expresado su predisposición a que se debata la posibilidad de avanzar el comienzo de las clases al 1 de septiembre. En la mayoría de los países europeos arrancan a finales de agosto o la primera semana de septiembre, pero eso no significa que tengan menos vacaciones. En las Islas hay 176 días lectivos y en la mitad de los Estados comunitarios tienen entre 170 y 180; lo que ocurre es que reparten más sus periodos de descanso. Ultima Hora se ha puesto en contacto con las partes afectadas en el Archipiélago para recabar su opinión sobre este asunto.

Desde la Conselleria d'Educació han manifestado que no se han planteado adelantar el comienzo de las clases. Lo han justificado porque «los centros deben disponer de tiempo para organizar el curso y durante los primeros días de septiembre las condiciones climáticas no son adecuadas». Además, han añadido que «es una cuestión que requiere un consenso importante con todos los sectores implicados». Preguntados por qué dirían a las familias que tienen tantos problemas para cuidar de sus hijos, han respondido que «la escuela es un elemento más de conciliación, pero no puede ser el único».

El presidente de la Federación de Asociaciones de Familias de Alumnos (FAPA) de Mallorca, Albert Lobo, no es partidario de adelantar el curso porque «si se empieza antes se acaba antes, los días lectivos son lo que son y no se deben incrementar. Comenzar antes solucionaría los problemas que tenemos todas las familias a principios de septiembre, pero nos crearía otros en el mes de junio». Además, ha añadido que hace mucho calor. A su modo de ver, «el problema básico es que hemos utilizado la educación, no solo para su función esencial, sino también como el principal instrumento de conciliación». Lobo ha apostillado que «el debate va mucho más allá de cuando se comienza o acaba un curso», debe ser sobre «qué instrumentos existen en nuestra sociedad -además de la escuela- para hacer una verdadera conciliación». A su entender, «tendría que haber recursos en los convenios laborales para poder flexibilizar».

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La presidenta d'Escola Catòlica, Llucia Salleras, ha asegurado que las clases no pueden adelantarse en las Islas porque su organización es «cada vez más complicada» por los cambios de leyes, nuevas metodologías, etc. «Los profesores y los equipos directivos necesitan este tiempo para poder comenzar con la calidad educativa que queremos». Salleras ha argumentado que en los países europeos que arrancan antes también tienen más vacaciones a lo largo del curso escolar. «Hay unos días lectivos marcados y si se comienza antes se pasa el problema de principios de septiembre a otros momentos; no desaparece».

El secretario de enseñanza pública del STEI, Lluís Segura, lo tiene muy claro: «Es totalmente insostenible, con las condiciones actuales es imposible». En primer lugar, ha expuesto que «no nos parece nada razonable porque estamos con un cambio climático que requiere una adaptación. Los niños ya sufren 30º ó más de temperatura y se agravaría esta situación. Nuestras infraestructuras no están preparadas». El Ajuntament de Palma ha planteado a la Conselleria de Educació su apuesta por la climatización de los colegios públicos para que cuenten con aire acondicionado. Segura también ha justificado su rechazo porque los nuevos currículums requieren «más preparación del curso. Ahora los docentes ya tienen mucho estrés; llevan años haciendo horas extras y adelantarlo exigiría aún más». Además, ha recriminado que la Conselleria ha adjudicado unas 1.000 plazas de docentes durante la primera semana de septiembre. «Algunos docentes han empezado sólo cuatro días antes», ha lamentado. También ha expresado su malestar porque « la escuela no puede ser el único medio de conciliación. Es necesario un entendimiento de la administración y del mundo laboral con un replanteo de los horarios». Pese a todo ello, si Educació propone el adelanto del curso, el STEI lo someterá a votación entre sus afiliados.

Tino Davia, el secretario de Enseñanza de UGT, ve bien anticiparlo de cara a las familias. No obstante, ha insistido en que para ello debe haber medidas que permitan al profesorado preparar el curso y ha reclamado que «el cambio debería ir acompañado de mejores condiciones laborales. No basta con el simple reconocimiento social o institucional». Una de las opciones que sugiere es terminar las clases antes. Además, ha subrayado la necesidad de reducir la carga lectiva y las ratios. «Los alemanes tienen las mismas semanas de vacaciones que los baleares, pero más distribuidas. Tal vez sea mejor lo que hacen en la mayoría de países europeos porque ayuda a descargar a los profesores y a los alumnos». En este punto, ha matizado que «la escuela no es para conciliar, somos centros educativos, no asistenciales».

El secretario general de enseñanza CCOO, Mario Devis, ha expresado que «no es ni adecuado ni conveniente» avanzar el inicio del colegio porque «requiere de muchísima gestión previa. Desde el primer día de septiembre la totalidad de los docentes están en sus centros trabajando para organizar y comenzar el curso con la mayor normalidad posible». Respecto al modus operandi del resto de Europa, lo ha justificado porque «no hace el calor que sufrimos aquí en septiembre. Además, en la mayoría de casos nuestros centros educativos no están acondicionados para mantener una temperatura mínimamente confortable en las aulas». Al igual que el resto de entrevistados, defiende que «los colegios no son centros asistenciales y las dificultades de conciliación son las mismas que han tenido durante el periodo estival. Desde las administraciones se debe dar respuesta a estas necesidades. Muchos docentes también somos padres y estamos en los centros desde el 1 de septiembre preparando el curso, con idénticos problemas de conciliación».