Baleares no contempla la opción de menús veganos en los comedores. | R.L.

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La vuelta al cole ha abierto el debate sobre la obligatoriedad de los centros educativos de ofrecer una opción vegana o vegetariana en los comedores escolares. Una opción que de cada año pasa a ser más demandada por parte de algunas familias, a pesar de que actualmente no existe una normativa a nivel nacional, ni local en el caso de Baleares, que obligue a los centros a ofertar este tipo de menús. Las escuelas se resisten todavía a adaptarse a esta nueva realidad, presente en la sociedad y se escudan en la baja demanda y en la imposibilidad de cocinar tantas opciones.

«Debería ofrecerse como una opción disponible para cualquier niño y niña que así lo desee, ya sea por motivos éticos, convicciones medioambientales e incluso también por cuestiones religiosas. En España entre un 30 y 50 % de las personas son intolerantes a la lactosa y la alergia a la leche de vaca es la forma más común de alergia alimentaria en los niños. De manera que las leches vegetales ofrecen una alternativa nutritiva para las personas, incluidos los niños, con estos problemas de salud», asegura Verónica Larco, responsable de comunicación de ProVeg España. A pesar de ser una demanda creciente por parte de las familias, Baleares todavía no cuenta con esta opción en sus centros. Según el registro de la asociación Familias Unidas por un Menú Vegano Escolar (FEUMVE) en las Islas solo ofrece la opción de menú vegano un colegio público, el CEIP Pere Rosselló de Alaró. Sin embargo, la idea si que empieza a coger fuerza en muchas escoletas y guarderías privadas.

Por su parte, a diferencia de otras comunidades como pueden ser el País Vasco, la Conselleria d'Educació no contempla de cara al próximo curso introducir por ley esta opción en los centros escolares. La resolución del Butlletí Oficial de les Illes Balears (BOIB) por a cual se fijan los criterios que se deben seguir en los comedores señala que «el menú escolar debe ser único para todos los comensales, excepto en casos excepcionales y justificados apreciados por el centro educativo». En cuanto a las excepciones aclara que «la empresa que gestione el comedor debe elaborar un menú especial, del mismo precio que el normal, para los usuarios que tengan que seguir una dieta especial por causas médicas (diabetes, alergia a distintos alimentos, intolerancia en el gluten, etc.) acreditadas mediante un certificado médico oficial». Y añaden una excepción siempre y cuando se trate de motivos religiosos: «Las empresas también estarán en disposición de proveer menús adaptados cuando, por razones culturales, se motive la exclusión de un tipo de alimento o cuando se necesite, esporádicamente, una dieta de régimen».

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La demanda del veganismo viene de atrás, ya que la FEUMVE elaboró en 2020 un informe con la información que habían encontrado sobre la idoneidad de la inclusión de la opción vegana en los comedores escolares, apoyándose en ejemplos de otros países, como es el caso de Portugal, que fue el primero en establecer por ley la obligatoriedad de las opciones veganas en los comedores escolares de colegios públicos y también en hospitales y cárceles. «Los beneficios son varios y de diferentes índoles. Por un lado está la inclusión de todos aquellos niños niños y niñas, un factor importantísimo en edad escolar, y a su vez, se facilitaría la conciliación familiar, ya que actualmente las familias que no disponen de menús vegetales en los colegios se ven obligadas a no dejar a sus hijos e hijas en el comedor, provocando desplazamientos, reducciones de jornada no deseadas, tener que recurrir a abuelos, etc. Por otro lado, no podemos obviar los beneficios medioambientales. La producción de alimentación vegetal consume menos recursos naturales y emite también menos gases de efecto invernadero», explican desde el asociación por la concienciación alimentaria.

Los padres y madres defensores de la iniciativa consideran que un menú que no se sustenta en motivos religiosos o de salud, pero que tiene fuertes motivos éticos resulta igual de respetable y necesario. Recuerdan que la evidencia científica confirma que lo importante de una dieta en menores es que sea saludable, y que las veganas son perfectamente válidas en todas las etapas, incluida la infancia y la adolescencia. «Hemos recibido unas cuantas peticiones de ayuda y asesoramiento, tanto de asociaciones como de padres y madres, ya que poder dejar o no a tu hijo/a en el comedor escolar es un factor condicionante en la vida familiar y en la del niño o niña. El problema viene cuando no podemos asistir a todas las familias, ya que la gestión de los comedores escolares no es algo centralizado desde el Gobierno, depende de cada comunidad autónoma e incluso de cada colegio, del servicio de catering que tengan o de si se trata de una cocina interna, sin contar con los colegios privados que también se regulan de manera distinta», dicen desde ProVeg. Por su parte, FAPA Mallorca asegura no haber recibido de momento ninguna queja o problemática de esta índole.

El debate sobre los comedores va más allá de las escuelas y ha llegado hasta el Congreso de los Diputados, en 2020 se aprobó una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado presentada por Más País – Equo para incluir las opciones veganas en los comedores de los centros públicos. Sin embargo, la obligatoriedad inicial se rebajó finalmente a una puerta abierta para que se fomentaran estas opciones. A día de hoy, solo algunos pocos centros se muestran receptivos a las demandas de las familias e intentan acompañarlas, pero la mayoría se escudan en la baja demanda y en la imposibilidad de cocinar varios tipos de menús en las cocinas de un colegio.

El apunte

‘Leche’ vegetal: el pequeño gran paso al que aspiran

Las leches vegetales de cada vez ganan más terreno a la de vaca. Por este motivo, la organización internacional vegana ProVeg hizo en julio campaña para que la Comisión Europea (CE) incluya estas bebidas en su programa de subvención de frutas, verduras y leche en los centros educativos de la Unión Europea (UE). Según argumentan deben ser una opción para quien no quiera leche de vaca y además suponen una producción y un consumo más sostenibles. La consulta se cerró en julio, pero tras el verano, la CE seguirá revisando el programa. En caso de conseguirse, sería un pequeño gran paso para el colectivo.