Vista exterior del hospital de Manacor. | R.S.

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La Fiscalía reclama una condena de tres años de cárcel para un celador del Hospital de Manacor por estafar al IB-Salut 14.000 euros al alterar las nóminas suyas y de tres de sus compañeros. Estos tres beneficiarios del fraude están acusados de un delito de receptación y afrontan peticiones de condena de un año y tres meses de cárcel por parte del Ministerio Público. El juicio se celebrará la próxima semana en un juzgado de lo Penal de Palma.

De acuerdo con la calificación del fiscal, el fraude se produjo entre febrero de 2016 y marzo de 2018. El método era simple: el principal acusado ejercía como jefe de personal subalterno en el hospital. Era el encargado de apuntar los turnos, los domingos y los festivos que trabajaban él y el resto de sus compañeros del centro. En función de esos datos se generaban las nóminas que incluían de forma automática la retribución por estos conceptos. Así, a lo largo de casi dos años se dedicó a apuntarse a sí mismo días que, en realidad, no había trabajado. Él solo acudía al centro en turno de mañana y en días laborables.   Con este método consiguió inflar sus retribuciones hasta en 539 euros en un solo mes y, según la calificación fiscal, defraudó un total de 8.227 euros para sí mismo. Según la calificación, una vez que el sistema generaba la nómina de forma automática, el acusado entraba de nuevo para borrar los datos falsos y no dejar huellas. Así, los turnos que había hecho concordaban con la realidad, pero no su remuneración.

Una vez se puso en marcha este sistema, después de unos meses, el principal acusado habría comenzado a manipular también los datos de uno de sus compañeros, quien recibió alrededor de 3.000 euros de más durante alrededor de un año. El tercero de los acusados entró más tarde en la trama y recibió 2.132 y el último de los investigados apenas se benefició durante un mes con poco más de 500 euros. La acusación pública sostiene que estos tres celadores se limitaron a beneficiarse a sabiendas de lo que hacía su compañero pero sin ser los autores de la estafa.

Los acusados fueron denunciados una vez se comprobó la existencia de un fraude. Durante la instrucción, el principal acusado negó que existiera un engaño y señaló que sus superiores permitieron esa maniobra como una manera de compensar que, durante este tiempo, ejercía una labor de superior categoría a la que tenía reconocida.