Durante el pleno ordinario de este jueves miembros de ambos partidos han mantenido contactos en los pasillos del Palau Reial. | Jaume Morey

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«Los puentes no están destruidos y no hemos roto nuestra voluntad de diálogo», ha asegurado este jueves la vicepresidenta del Consell de Mallorca de Més, Bel Busquets. De hecho, tanto fuentes de la formación soberanista como del PSIB afirman que se busca encarrilar la segunda crisis provocada por la propuesta de patrocinio del Real Mallorca (y del Atlètic Baleares y otros clubes) que el miércoles lanzaron los socialistas con el apoyo de Unidas Podemos y el rechazo de Més.

Durante el pleno ordinario de este jueves miembros de ambos partidos han mantenido contactos en los pasillos del Palau Reial, pero hasta ahora no se ha producido nada formal. Més mantiene la asamblea de militantes convocada para este jueves en Algaida a las 19 horas y en la que se analizará el futuro del partido dentro del gobierno insular.

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El coordinador de la formación, Lluís Apesteguia, ha explicado este jueves en declaraciones a IB3 Ràdio que el miércoles por la noche estuvo en contacto con la presidenta del Consell, Catalina Cladera. Sin embargo, sigue sin haber ninguna propuesta para calmar la situación. Pese a que Busquets, en declaraciones a la prensa, se ha mostrado a favor de tender puentes, la soberanista ha mantenido las críticas contra el PSIB. Ha vuelto a pedir que se haga un concurso público para ayudar económicamente al Mallorca y ha acusado a los socialistas de haber firmado un acuerdo con el club bermellón en un despacho. Sin embargo, ha evitado de que su socio de gobierno haya prevaricado.

El Departament de Turisme i Esports, gestionado por el PSIB, anunció el miércoles que apuesta por destinar 2 millones de euros para favorecer la actividad de los clubes deportivos de la isla, y que esta partida también beneficiará finalmente tanto al Mallorca como al Atlético Baleares mediante una línea destinada a sociedades anónimas deportivas. Tras el anuncio, Més criticó que se había hecho de manera «unilateral», aunque Unidas Podemos lo defendió.