El    ‘Club Med 2’ es uno de los buques más ecológicos y con menos plazas a bordo. | Gabriel Alomar

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El puerto de Palma recibió este lunes la escala del crucero a vela más grande del mundo. Se trata del Club Med 2, perteneciente al grupo turístico francés Club Méditerranée y cuyo barco en esta visita cumple su 30 aniversario. En una época en que el turismo de masas y las emisiones causan controversia en algunos puertos del Mediterráneo, este crucero representa precisamente el concepto opuesto.

Propulsado por energía eólica, surca los mares a 12 nudos izando siete grandes velas –que suman 2.400 metros cuadrados de tela– en cinco mástiles, de accionamiento automático por ordenador. Asimismo y a modo auxiliar en caso de falta de viento, dispone de una planta motriz de tipo híbrido, constituida por cuatro generadores que impulsan dos motores eléctricos para una velocidad de 15 nudos. Así, el primer Club Med de 1990, algo menor en tonelaje, fue ya en su día al entrar en servicio, uno de los cruceros más respetuosos con el medio ambiente. Una faceta que tres décadas más tarde diferencia a ambas unidades de muchos    cruceros contemporáneos. El pasado día 1 de agosto también visitó Palma, con el nombre de Wind Surf.

Otro aspecto que caracteriza a este buque, construido en 1992 por la Société Nouvelle des Ateliers et Chantiers du Havre, en Francia, es su baja ocupación, frente a la proliferación de plazas en crucero para el turismo de masas. Así, a bordo dispone de un alojamiento máximo para 386 pasajeros atendidos por 214 tripulantes. Una relación que evidencia el nivel de servicio a bordo, en una atmósfera de serena navegación a vela. Por su parte, el ambiente y decoración a bordo se inspira en un estilo puramente náutico, al contrario de los megacruceros, que navegan como ‘resorts’ turísticos en el mar (en la foto circular, un camarote del velero).

Pese a su carácter de crucero a vela, el Club Med 2 posee unas dimensiones respetables, con 187 metros de eslora por 20 de manga y 14.983 toneladas de registro. Cuenta además con ocho cubiertas y un amplio solárium con piscinas en    cubiertas de teca. A popa dispone también de una plataforma para la práctica de deportes acuáticos.

Su actividad se divide entre el Mediterráneo y el Caribe. Ayer llegó procedente de Eivissa y zarpó rumbo a Barcelona. Este buque fue precedido por su hermano, el Club Med (1), más tarde vendido en 1998 a Wind Star Cruises y rebautizado ‘Wind Surf’, cuyas visitas a Malloca han sido también constantes.

El Club Méditerranée forma parte de la historia del turismo en Mallorca, ya que durante más de 30 años, de 1968 a 2001, este grupo turístico galo contó con un célebre ‘village’ de vacaciones con amplios jardines en Porto Petro, muy integrado en el paisaje de aquel litoral con dos calas, en un idílico entorno natural.