Sin cambios. Encarna Garrido, que en la imagen aparece junto a sus hijos Alba y Daniel, asegura que apenas ha notado diferencias económicas en los gastos del colegio público al que acuden los pequeños, apenas tres euros por cuota. | Pere Bota

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Encarna Garrido y su marido, Óscar Mendoza, tienen dos hijos: Daniel, de tres años, y Alba, que en breve cumplirá ocho. Los dos van al Centre Integrat d’Educació Infantil Primaria i Ensenyaments Elementals de Música Son Serra, un colegio público de Palma. Alba empieza tercero de Primaria, por lo que se verá afectada por los cambios que introduce la nueva ley educativa Lomloe, que este curso se aplica en los impares y el próximo en el resto.

«No sabemos mucho del tema, nos dijeron que a ella le tocaría, pero poco más», admite Encarna. De hecho, la Federació d’Associacions de Famílies d’Alumnes (FAPA) de Mallorca llevan varios meses denunciando que los padres no han sido bien informados sobre los cambios. «No creo que sea muy efectiva», opina esta madre, que preferiría que la enseñanza siga una línea «independiente» al margen del partido que gobierne. «Sería mejor algo no tan diferente y que se fuera mejorando poco a poco», dice.

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El inicio del nuevo curso también está muy marcado por la inflación, que ha incrementado los precios de todos los productos. Sin embargo, la familia Mendoza Garrido no ha notado los efectos por lo que respecta al inicio del periodo escolar. «Personalmente, no he notado diferencia, apenas 3 euros por cuota», asegura Encarna, y explica que el centro en el que estudian sus hijos tiene un programa que reutiliza libros. El colegio recibe ciertas subvenciones para comprar libros que se usan durante cuatro años y luego se cambian. Los padres los alquilan por curso y los devuelven. «Te pasan una cuota de alquiler y ya está; está muy bien», considera.

Además, Encarna y su marido no pagan el servicio de escuela matinera, tampoco el comedor ni extraescolares. «Nos gusta que estén con nosotros», afirma, y detalla que viven muy cerca del centro y que pueden ir andando, lo cual les facilita las cosas. Aun así, sí que padecen el incremento de los precios de los alimentos. La otra gran novedad del curso, que comienza sin ninguna medida contra el coronavirus, es bienvenida por los hijos de Encarna. «Mi hija Alba salta de alegría por empezar sin restricciones porque dice que se podrá relacionar con sus amigos», declara muy contenta su madre.