Un grito de auxilio que pasa de los hoteleros a los residentes. | Twitter: @Terraferida

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Atascos que colapsan las principales localidades de la Serra de Tramuntana, tres horas de cola para acceder a Formentor, fiestas salvajes en escenarios catalogados como Patrimonio de la humanidad, el casc antic de Palma a rebosar... el verano de la recuperación económica, la mejor temporada turística para los hoteleros de la Isla se ha convertido en un via crucis para los sufridos mallorquines. Por eso, ahora cambian las tornas y la organización ecologista Terraferida ha lanzado este viernes en redes sociales la campaña SOS Residentes reutilizando el lema que los hoteleros de Mallorca usaron en febrero de 2021 para salvar a su sector del parón provocado por la crisis del coronavirus.

La organización ecologista apunta en su cuenta de Twitter «ninguno discutiría la actividad turística si no comportara esta masificación que está sobrepasando todos los límites naturales y humanos. Podemos discutir la cantidad, cómo y dónde, pero si no somos capaces de acordar un techo, estamos acabados», agrega en su tuit, que utiliza el logotipo de apoyo a los hoteleros, cambiándolo por los residentes. La polémica, apunta ya, a estar servida.

El problema lleva semanas coleando entre la población. Y las instituciones, más preocupadas de resolver luchas internas y prepararse para las próximas elecciones, no hacen nada. Los números lo corroboran: en junio 2.055.889 turistas visitaron las Islas, un 193,4 % más que el mismo mes de 2021, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Mallorca recupera el liderazgo en el mercado turístico, ¿pero a costa de qué? Los ciudadanos parecen haberse cansado de colas kilométricas a todas horas en las carreteras de la Isla, para que luego vengan directores insulares a decir que «los mallorquines cogen el coche para cualquier cosa».

Si a esto le sumas las imágenes de centenares de coches colapsando bucólicas localidades como Deià o Valldemossa, te encuentras con el eterno problema al que nadie parece encontrar solución: el equilibrio entre actividad económica y que los isleños puedan vivir sin ser avasallados.