Baleares despide el verano sin apenas rastro de la medusa que más abunda. Los sistemas de vigilancia marinos muestran la escasa aparición de 'pelagia noctiluca', que causa la mayoría de las picaduras. | R.L.

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Ni rastro de medusas en las playas de Mallorca. Baleares ha registrado la menor llegada de Pelagia noctiluca, una de las especies más abundantes en aguas mallorquinas, desde el año 2014. Así lo constata el jefe de servicio de Recursos Marins de la Direcció General de Pesca del Govern, Antoni M. Grau. «Este año no hay medusas, casi no han llegando a la costa, tenemos el menor registro desde 2014. Todavía no se sabe el motivo exacto, lo que sí se conoce es que son especies que viven en alta mar y llegan a la orilla arrastradas por fenómenos meteorológicos. Este año no está habiendo grandes tormentas, tampoco las hubo en primavera, entonces no llegan a las playas», explica el experto sobre el movimiento de estos escifozoos.

La Pelagia, también conocida comúnmente como clavel de mar, es más molesta, la que suele picar a los bañistas y la más abundante durante los meses de calor en la costa. En Baleares, la Conselleria d'Agricultura, Pesca i Alimentació hace un seguimiento diario de estas especies a través de tres fuentes: los socorristas a pie de playa, las barcas de limpieza y los vigilantes. «Es el sistema que se utiliza desde 2014, ya que antes solo se registraban las picaduras y, por tanto, no había datos de las playas que no tienen socorristas. Este verano está siendo el que menos avistamientos hay desde hace ocho años», asegura Grau.

Aun así, el experto no descarta que puedan llegar en los próximos meses si varía la situación meteorológica. «Las medusas forman parte del ecosistema marino. Puede haber mucha población en mar abierto pero no llegar a la costa, solo las vemos en las playas cuando son arrastradas por corrientes. Es un animal que durante el día vive a 300 metros de profundidad y por la noche sube a comer, por tanto, no es capaz de sobrevivir en la orilla. Aunque una vez que llega puede estar muchos meses sin comer y estar tiempo molestando hasta que los peces se las van comiendo».

Las costas más expuestas a estos escifozoos son las que bordean la Serra de Tramuntana, «las pocas que se han podido ver este verano han sido allí», apunta. A pesar de que se ha especulado con el aumento de la temperatura del agua y la llegada de las medusas, lo cierto es que los biólogos todavía no encuentran una respuesta certera al cambio de comportamiento entre un verano y otro. De momento, el tiempo que seguirán libres de medusas las playas de Mallorca dependerá en gran medida de las corrientes locales y de la orografía.