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Tras liberar las tortugas marinas (Caretta Caretta) que recibieron del proyecto Headstarting, la Fundación Palma Aquarium de Mallorca aún no ha registrado ningún nido en las Islas Baleares esta temporada. Del mismo modo sucedió la temporada pasada, por ello colaboran en este proyecto junto con el Cram de Barcelona, el Oceanogràfic de Valencia y Limia de Mallorca. El plan en Baleares está gestionado por el COFIB (Consorcio para la Recuperación de la Fauna de les Illes Balears), organismo perteneciente al Servicio de Protección de Especies de la Conselleria de Medi Ambient i Territori. Además, la Fundación Palma Aquarium participa gracias a la ayuda de Caixabank y la Fundació Sa Nostra.

El Headstarting es una técnica de conservación que consiste en el mantenimiento de las crías en condiciones controladas de forma temporal, hasta su reintroducción en su hábitat natural. Para ello, los técnicos revisan su alimentación, su talla, su peso y su estado de salud. Las crías de tortuga marina son muy vulnerables y solo 1 de cada 1.000 llega a la edad adulta. Por lo tanto, los cuidados de Headstarting pretenden evitar la alta mortalidad que se produce durante sus primeros meses de vida y aumentar sus probabilidades de supervivencia. «No estamos jugando a criar tortugas, es ciencia y hacemos conservación», apuntan los especialistas del plan.

Debido al cambio climático, la nidificación de tortugas marinas se está dando en costas donde no se daba. De forma tradicional, en el Mediterráneo ocurre en la cuenca oriental. Sin embargo, con el aumento de las temperaturas se están dando más nidos en la Península y Baleares. En 2019, se registraron por primera vez dos nidos en Ibiza. La estrategia que está siguiendo España con respecto a estos nidos que son un número reducido, es protegerlos ya que nacen unas crías completamente indefensas.

Otra consecuencia del calentamiento global que afecta a las Caretta Caretta es que la determinación del sexo de las tortugas depende de la temperatura. Es decir, si la temperatura durante el segundo tercio de su incubación está por encima de 29 grados la mayoría nacerán hembras, y por debajo la gran parte serán machos. Actualmente, las zonas tradicionales en las que anidan las tortugas sufren un aumento de temperaturas, lo que provocará que la relación de sexos se incline cada vez más a la producción de hembras. «En este escenario, si la especie no logra colonizar sitios menos cálidos, la predicción para las poblaciones de esta es a desaparecer», añade Xisca Pujol, responsable del Centro de Recuperación de Fauna Marina de Palma Aquarium.

Con técnicas de conservación como la translocación de nidos, el control de la temperatura de incubación y los programas de Headstarting, el objetivo a largo plazo es conseguir que las hembras de tortugas marinas, cuando alcancen la madurez sexual, en 20 o 30 años, vuelvan a nuestras costas a anidar. El hecho de que establezcan nuevas áreas de nidificación menos cálidas que las tradicionales permitirá una proporción de sexos más equilibrada para mantener la especie. Los nidos de tortuga marina común en España son recientes, por lo que para conocer los resultados de este proyecto aun queda una emocionante espera de aproximadamente dos décadas.