El 061 atendiendo un ahogamiento en Calvià. | Michel's

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Existe un patrón que se repite de forma preocupante cada verano. «En el momento de la llegada de los turistas a los hoteles o a las casas vacacionales suelen desatender a los menores cuando desembalan la maleta, y ahí se producen muchos ahogamientos», describe el director médico del SAMU061, Txema Álvarez, como una de las situaciones más habituales y, a la vez, fáciles de prevenir.

Este verano han fallecido, de momento, 24 personas por ahogamiento en las Islas, son la mitad de los 47 avisos que ya se han recibido en la central de Urgencias. Y en el 30 % de los casos eran niños menores de 7 años, casi siempre cuando se encontraban fuera de la supervisión de un adulto. En cifras puras y duras, Balears ha atendido a 14 niños de esta franja de edad de los que dos han terminado falleciendo, según datos recogidos en la UCI pediátrica de Son Espases que es donde ingresan los casos más graves. Con la celebración, este lunes, del Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos, las autoridades sanitarias ponen el acento en la prevención porque, al final, se trata de un accidente casi siempre evitable.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda enseñar en edades tempranas las habilidades básicas de natación, que todo el mundo tenga nociones básicas de rescate y reanimación, y que se pongan barreras a modo de control de acceso a las piscinas. De hecho, la OMS ya recuerda que los niños de menos de 5 años son los más expuestos a los riesgos, de ahí que sea tan importante una supervisión, concretamente, la de un adulto, remarcan. Y es que en el caso expuesto de los turistas, «no es extraordinario que los menores lleguen a la piscina y el aviso lo dé el hermano con el que ha ido», explica el doctor Álvarez, buen conocedor de los escenarios más comunes. En cualquier caso, al llegar, «es muy dramático porque hay que trabajar con el hermano, con los padres... La situación es estresante para todos y muchos se van planteando un duelo, por si se da el caso», relata Txema Álvarez. «A veces les dejamos que nos acompañen en el momento de la reanimación, que les cojan la mano», añade. La atención psicológica, en caso de requerirla, siempre es posterior a la emergencia.

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Primer balance

En lo que llevamos de 2022, los expertos ya han percibido un incremento de los fallecidos en el agua. El director médico del 061 asegura que la tendencia es al alza y cree que es posible igualar el año con peores registros que fue 2017. «Hubo 115 avisos por ahogamiento y murieron 69 personas», recuerda. En julio de este año, por ejemplo, ya se han contabilizado en las Islas los mismos fallecidos por ahogamiento que en toda la temporada de 2021, si bien fue un verano más tranquilo y menos turístico. En el grueso de los atendidos, el perfil más habitual es el de hombre de entre 40 y 65 años. Y una cuarta parte de los avisos están relacionados con el consumo previo de tóxicos o alcohol. «En los casos resueltos, muchas veces    hay secuelas a corto y largo plazo», especifica Álvarez. Al fin y al cabo, dice, «es una asfixia y, se puede recuperar el ritmo cardiaco pero puede quedar mal a nivel neurológico», incide.

Txema Álvarez.

Las características de Balears, muy relacionadas con el ambiente recreativo, hace que sean habituales este tipo de desenlaces fatales. Además de la combinación con tóxicos, se dan casos de accidentes de buceo, o de pesca recreativa. El 60 % de los avisos se registran en playas, otro 25 % en piscinas y el restante en otro tipo de infraestructuras como puede ser un safreig. «Los ahogamientos en agua dulce o salada tienen una indicación diferente, sobre todo por la regulación de las constantes vitales, una vez reanimado el paciente», explica el experto del 061. «El agua dulce tiene más bacterias y la del mar, por su salinidad que pasa al organismo, hace que debas modular la alteración de los equilibrios», incide.

Qué hacer

En general, quienes atienden a un ahogamiento se encuentran con una escena que se repite. «Siempre hay alguien que socorre al paciente, que es el primer interviniente, pero es fundamental llamar a los servicios de emergencias», recomienda Txema Álvarez. Las pautas son:proteger la escena, alertar y socorrer.

En este sentido, el experto recuerda que «no es excepcional que se generen segundas víctimas en el momento de auxilio.    Uno se mete a ayudar y el rescate en mar es complicado». Por eso siempre hay que dar la alerta primero, aunque el instinto de socorrer a alguien juegue a la contra.    «Hay que insistir en que si no conoces la zona, o el mar está mal, hay que ser prudente y además ir con un acompañante».

El apunte

¿Es necesario esperar dos horas después de comer para darse un chapuzón?

El momento más frecuente en el que se producen los avisos de un ahogamiento son entre las 15 y las 17 horas. ¿Por qué? «Posiblemente porque es cuando la falta de atención es más frecuente, porque los cuidadores descansan o están comiendo...», describe el director médico del SAMU 061, Txema Álvarez. Sin embargo, «hay otro tema también, son los momentos de más calor y meterse en el agua es la forma de mitigar los efectos». El experto incide en que es, además, la hora fatídica según las madres de antaño porque se alerta siempre sobre «el mal llamado corte de digestión que no es más que hidrocución». Es decir, el dolor de tripa, los vómitos o escalofríos son la respuesta del cuerpo a un fuerte contraste de temperaturas. Por este motivo hay que evitar una primera inmersión de golpe tras mucho tiempo expuesto al sol. «Si te sumerges a temperatura fría tras mucho calor, baja la tensión, pueden producirse arritmias… y se conoce como corte de digestión. Puede llevar a un desenlace fatal», señala el médico. La reacción del cuerpo se relaciona con el momento de la comida porque es un problema de flujo sanguíneo. Es decir, «tras comer la sangre se va a los órganos que participan de la digestión y disminuye el flujo a las arterias principales», explica el experto. Por este motivo, al meterse dentro del agua, baja el ritmo cardiaco y la presencia de sangre, sobre todo en las arterias pequeñas. «Se trata de una respuesta del cuerpo a la agresión producida por el contraste», añade. Así pues, como decían las madres, ¿hay que esperar dos horas después de comer antes de darse un chapuzón? En realidad, no. Basta con tomar la precaución de meterse muy a poco a poco para que el cuerpo se vaya adaptando o darse una ducha antes de entras en el agua, «las recomendaciones en las piscinas no son ningún capricho», señala el doctor Álvarez, que destaca la importancia de conocer las medidas de prevención.

El apunte

Una de las claves: formación de RCP en los colegios

El pasado 14 de febrero, las consellerias de Salut y Educació pusieron en marcha el programa Reanimación Cardiopulmonar (RCP) en la escuela. El proyecto, liderado por el SAMU061, está enfocado a promover esta formación entre niños y profesores de todos los centros educativos de Balears. Tener nociones básicas de RCP puede traducirse en el aumento de la supervivencia en episodios de muerte súbita. Muchos estudios concluyen que a partir de los 13 años una persona tiene la capacidad física suficiente para practicar estas maniobras.