Antònia Comas, en su casa de verano del Port d’Alcúdia, junto a su orla de la UIB. | M. À. Cañellas - Pilar Pellicer /M. Àngel Cañellas

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La edad no es ninguna limitación, y mucho menos para aprender. Tampoco impide cumplir sueños porque si nos ceñimos al refrán «más vale tarde que nunca», uno se dará cuenta que es posible cumplir todos –o casi todo– nuestros deseos. Esta pequeña reflexión es el resultado de los siguientes entrevistados. De cómo dejan claro que, a pesar de la edad, no hay barreras que les impida estudiar, ir a la universidad o sacarse títulos propios de cualquier tipo de rama del conocimiento. Los estudiantes de la tercera edad son pocos pero están ahí. A veces se les ve en las clases de alguna carrera de la Universitat de les Illes Balears – este año hay 12 personas matriculadas mayores de 65 años–, pero también en las aulas de la Universitat Oberta per a Majors (UOM) que, desde entonces, miles de estudiantes, mayores de 50 años, se han sacado algún título propio o especialización de ramas científicas así como sociales. Este año, más de 400 personas mayores se han graduado en la sede del Campus universitario, pero este programa también está presente en el resto de Islas.

La pasión por aprender cosas nuevas, cumplir el sueño de estudiar por primera vez o mejorar técnicas que se estudiaron en el pasado son algunas de las motivaciones de los siguientes alumnos mayores que les llevó a matricularse en el centro universitario. La edad media de los matriculados ronda los sesenta años, y a pesar de que muchos de los alumnos cuentan con estudios previos, otros en cambio no pero han sido igual de capaces de seguir el ritmo. CatalinaEsteve, Maria Francisca Vidal, SebastiàSeguí, Gaspar Salom o Antònia Comas comparten sus ilusiones tras bastantes años enredados entre libros y trabajos universitarios. Y de cómo el reto de las nuevas tecnologías durante la pandemia fue muy positivo para ellos. Ante todo, el mensaje que comparten es que el estudio no entiende de edad, y que para las personas mayores, ejercitar el cerebro, es muy beneficioso.

Antònia Comas,72 años, graduada en Historia del Arte: «Cuando acabe esta carrera, no descarto hacer otra»
«Tuve que dejar la escuela con 13 años, y yo siempre he sido una muy buena estudiante. Pero eran otros tiempos y mis padres no me dejaban estudiar. Mi lema es que si algo quiero, puedo. Así que hace diez u once años comencé la carrera de Historia del Arte. Ya solo me queda hacer el Trabajo de Fin de Grado». Así cuenta Antònia Comas, de 72 años y de SaPobla, cómo, con esfuerzo, ha podido cumplir su sueño de estudiar «la carrera más preciosa del mundo». De joven montó una empresa y para ello tuvo que estudiar algo. En concreto se sacó un módulo de contabilidad y lengua catalana. Unos años antes de cumplir 65 años decidió hacer una prueba de acceso en la UIB y matricularse en esta carrera. «Lo hice por una enfermedad que tuve que pensaba que me iba morir. Entonces decidí que era el momento de cumplir mi sueño. Al principio, mis amistades no lo entendían, pero es que es así esta mentalidad. Yo siempre digo que si una persona tiene la ilusión para aprender, debe hacerlo», reflexiona. De Historia del Arte destaca sobre todo la arquitectura y su historia. AAntònia le gusta mucho viajar y este tipo de enseñanza le ayuda a conocer más el patrimonio de cada destino. «Ahora cuando acabe el Trabajo de Fin de Grado, sabiendo que soy tan inquieta, no descarto en hacer otra carrera», confiesa. Antònia asegura que la carrera no ha sido nunca un impedimento para cuidar de la familia, «que era lo más importante», ni dejarles de lado. «El estudio es una cosa complementaria que me permite crecer y conocer mucha historia».

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Maria Francisca Vidal.
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Francisca Vidal , 79 años, alumna UOM: «Estudiar es algo que realmente aconsejaría»
Maria Francisca Vidal tiene casi 79 años y es de Palma. Está matriculada en la Universitat Oberta per a Majors desde los inicios del primer curso, en el año 2000. Nunca ha dejado de realizar títulos y especializaciones. Cuenta varios diplomas sénior –cada título es la suma de tres años de formación– y dice que lo que más le gusta son las letras, aunque también ha dado pinceladas en ciencias. Una de las cosas que más valora de la UOM, aparte de todo lo que aprende, es la parte social. Y es que en estas aulas se crean grupos de amigos que duran para siempre. Maria Francisca ha participado en intercambios culturales, rememora las cenas entre compañeros y dice, además, sentirse muy feliz estudiando:«Yo era muy reacia a apuntarme a la universidad, pero mi hija me animó y realmente es algo que aconsejaría. Estudiar me ha abierto caminos que son necesarios en el día a día».

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Catalina Esteve.

Catalina Esteve, 73 años, alumna UOM: «Me encanta leer; es una afición que tengo desde que era pequeña»
La vida tenía otros planes para Catalina Esteve, de 73 años, nacida en Manacor pero residiendo en Palma. Ha sido comerciante durante muchos años. Sus primeros pasos por la UOM comenzarían en 2002 con un curso denominado cultura general, pero por su situación tuvo que dejarlo al cabo de tres años. En el 2012 retomó los estudios y se apuntó a un curso de laUOM sobre la teoría del Big Bang:«Me gustan mucho las ciencias y cada vez que he hecho algún título relacionado con esto me entusiasma», dice. Volvió, finalmente, a realizar otra especialización en 2020, año de la pandemia. Y el pasado 12 de julio se graduó de otra sobre arte y cultura de Mallorca:«En esta última hemos dado más aspectos de la filosofía y patrimonio de la Isla». «Amí me encanta leer. Es una afición que tengo desde que era bien pequeña, sin embargo en mi época no había mucho conocimiento de las cosas. Cuando tenía 19 años mi madre estuvo muy enferma y tuve que cuidar de ella.Fue una enferma de larga duración. Así que el día que tenía que ir al colegio, no podía por ella». Catalina relata además que intentó acabar una formación profesional de Diseño pero tampoco pudo finalizarlo por la situación que tenía. Ante todo: «Puedo decir que he cumplido el sueño de estudiar».

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Sebastià Seguí.

Sebastià Seguí, 76 años, alumno UOM: «Nadie debería perder la curiosidad por aprender»
Sebastià Seguí, de 76 años, lleva once jubilado. Ha trabajado toda su vida profesional como aparejador. Se sacó en su día estudios universitarios y un máster en construcción. Justo cuando acabó su etapa laboral, le recomendaron apuntarse a la UIB:«Iba cogiendo asignaturas sueltas tanto de Historia del Arte como de Ciencias de la Tierra, lo que me descubrió un mundo». Esto lo hizo a partir de una modalidad de la Universitat que es de matrícula extraordinaria, es decir que va por asignaturas y no por carrera. Sin embargo, Sebastià asegura que «habré hecho ya más de 20 materias de Historia del Arte». Además, compagina estas asignaturas con varias especializaciones de la UOM desde hace cinco años. «Nadie debería perder la curiosidad por aprender. Yo estudio para tener la cabeza en marcha y esto, a nuestra edad, es fundamental».

Gaspar Salom.

Gapar Salom , 66 años, Grado en Historia: «La jubilación puede darte todo lo que en tu vida laboral no pudiste hacer»:
Gaspar Salom lleva 25 años viviendo en Ariany. Tiene 66 años y el año 2020-21 se matriculó en laUIB en el grado de Historia. Sin embargo, este mallorquín ya contaba con importantes nociones de esta materia debido a su profesión. Durante 33 años, ha sido guía turístico y ha recorrido prácticamente toda la Isla. De cada lugar, aprendía patrimonio e historia de la Isla, así que es algo que siempre le ha influenciado. «He leído mucho sobre la Guerra Civil en Mallorca. De hecho, he visitado también muchos archivos». Todo ello, dio fruto a su libro Mallorca, el teatre decisiu 1936-1939. Una guerra internacional; el Mediterrani. Dades enfront de mites. «Mi idea es hacer más libros e investigación y para ello la Universitat y esta carrera me lo pueden facilitar», reconoce sobre su decisión de apuntarse al grado. Asegura que hay algún otro compañero de su misma edad, incluso mucho más mayor. «Yo prácticamente estudio para ampliar todo lo que he ido aprendiendo estos años. Esta es mi asignatura pendiente de pasado», expresa. Le interesa sobre todo la historia Contemporánea y Medieval porque «fueron momentos muy importantes en la historia de Mallorca». «El mensaje que daría es que si uno siente ganas de querer formarse, que lo haga. La jubilación puede darte todo lo que en tu vida laboral no has podido hacer».