Pozo municipal de agua en la zona de Malbúger, en Maó. | R.L.

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El Ayuntamiento de Maó ha congregado esta mañana a los medios de comunicación para lanzar la voz de alarma sobre la situación «crítica» que está sufriendo el sistema de abastecimiento de agua del municipio, que se alarga desde hace más de un mes y que podría desembocar en la toma de medidas drásticas como las restricciones de suministro de agua en los domicilios, una solución a la que el equipo de gobierno no quiere llegar. Para evitarlo llama a la población, y especialmente a los grandes consumidores, a realizar un uso responsable de este bien escaso y a extremar las medidas de prevención para o malgastarlo.

El alcalde de Maó, Héctor Pons, y la primera teniente de Alcaldía y responsable de Medio Ambiente, Conxa Juanola, han querido subrayar la «gran trascendencia» de la situación en que se encuentra el suministro: «No tenemos capacidad suficiente para sacar de los pozos el agua que se está demandando. No podemos llenar el depósito al ritmo que en que se vierte a la red y las cañerías no pueden quedar vacías», ha explicado el alcalde, que en los próximos días emitirá un bando municipal para trasladar a la ciudadanía tanto la situación que atraviesa el municipio en materia de agua, como las recomendaciones para hacer un uso responsable.

Juanola ha explicado que se trata de «el año más difícil» por una combinación de factores: la recuperación económica, la llegada de más visitantes, las altas temperaturas y las inexistentes precipitaciones. Ello les ha llevado a reunirse de urgencia para marcar estrategias a corto y a largo plazo. Ya hace semanas que han decidido eliminar los riegos no imprescindibles en zonas públicas y remitir una carta a los grandes consumidores para que revisen sus consumos. Asimismo han solicitado al Ministerio de Defensa que autorice un mayor caudal en el pozo de Sant Isidre, que Maó utiliza a modo de reserva y que ya prácticamente ha agotado el volumen de extracción permitida. Por el momento no tienen respuesta.

A largo plazo, al menos no para este año, también trabajan en la explotación de dos nuevos pozos para el depósito de Turó, cuya apertura se deberá tramitar ante la Dirección General de Recursos Hídricos, y en la ejecución de las obras del colector de la ronda sur que permita aprovechar las aguas residuales. De todas formas desde el equipo de gobierno insisten en que la solución del problema no pasa por incrementar las extracciones de unos acuíferos que «claramente van a la baja», sino por reducir los consumos y reaprovechar agua para reducir la demanda.