Es Refugi atendió a veinte personas vulnerables por la crisis de la COVID-19. | Redacción Local

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Investigadores de la Universitat de les Illes Balears (UIB) han concluido que el colectivo de personas sin hogar de Palma se ha visto en una situación de exclusión social y «vulnerabilidad extrema», especialmente tras la COVID-19. Así se extrae del estudio 'Personas sin hogar y salud, vulnerabilidad y riesgos durante la pandemia de la COVID-19', presentado este martes en rueda de prensa, cuya muestra reúne a 198 personas de las 225 sin hogar que el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) detectó en la ciudad en 2019.

En este sentido, la investigación indica que la mayoría de los encuestados no tienen ingresos económicos, que más del 70 por ciento son desempleados y que no reciben ninguna prestación o ayuda. Además, la situación generada por la pandemia ha provocado «dificultades añadidas» para estas personas, como el acceso al agua potable tras el cierre de las fuentes públicas o a los baños, han ejemplificado. También su índice de contagio por coronavirus ha sido más bajo que el de la población general, por el hecho de estar más aislados.

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Otra de las investigaciones relacionadas con el impacto social de la COVID-19 de la UIB es la denominada 'Intervención local para el fomento del reconocimiento de potencialidades y fortalezas a partir de la vivencia crítica de la COVID-19 en personas sin hogar en Mallorca'. Este último, que reúne a 25 usuarios y residentes de la casa de acogida de Es Refugi, muestra el «fuerte impacto emocional» que ha tenido la pandemia en ellos.

«Las personas que se encuentran sin hogar son expertas en experimentar situaciones críticas y, si toda la incertidumbre derivada de la pandemia ya es difícil para quienes tienen estabilidad, para los que no la tienen todavía se vuelve más crítica», ha explicado la investigadora del área de Trabajo Social y Servicios Sociales de la UIB, Ana Cañas.