Imagen de la asamblea de este miércoles.

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La decisión de la asamblea de PIMEM de expulsar de la patronal a la asociación de comerciantes Pimeco ha supuesto la confirmación definitiva de las malas relaciones que existían desde hace años entre ambas entidades. Aunque la asamblea formalizó el miércoles la medida con el voto unánime de los cerca de 150 asistentes, el Comité Ejecutivo de PIMEM ya había tomado meses atrás la decisión de desvincularse de la asociación que preside Toni Fuster. Concretamente, se decidió en el mes de abril. Y entre los factores que les llevaron a tomar esa decisión figuraba el hecho de que Pimeco no había pagado nunca cuota alguna desde su adhesión a la patronal hace cuatro años y medio, en enero de 2018.

De hecho, desde PIMEM se alega que al no estar al corriente de pago, Pimeco no tenía derecho a estar presente en la asamblea del miércoles. Una visión que no comparte Fuster, quien considera que «lo normal es que nos hubieran invitado». No obstante, Fuster evita entrar en mayores consideraciones sobre lo sucedido alegando que «al no haber sido invitado no puedo opinar sobre lo que ocurrió allí». Por ello, el presidente de Pimeco ha decidido esperar a recibir la comunicación oficial de la desvinculación de ambas entidades antes de hacer declaraciones. Es más, Fuster explica que le han llegado diversas versiones, algunas de ellas contradictorias, sobre lo sucedido en la asamblea, de modo que, insiste en que debe demorar su respuesta hasta la recepción de la misiva de PIMEM.

Esa comunicación oficial podría tardar varias semanas en producirse, según el propio presidente de PIMEM, Jordi Mora, quien pese a la ruptura espera poder mantener una relación de cordialidad y cooperación entre ambas entidades a partir de ahora. Mora reconoce que la relación nunca funcionó, pero tiende la mano a Fuster para restañar heridas y construir a partir de ahora una relación independiente pero más provechosa para ambos. «No ha funcionado y no es culpa de ellos ni nuestra: no hemos sabido llevarlo ni unos ni otros y lo que queremos es una desconexión amistosa», ha aseverado para añadir que «tengo un respeto máximo para Pimeco y les deseo muchos éxitos».

Las malas relaciones entre PIMEM y Pimeco empezaron a hacerse más evidentes cuando el pasado septiembre se fraguó la creación de la nueva asociación dedicada al comercio, PIMEM-Comerç, que nacía con más de 400 comercios y más de 200 socios en toda Mallorca y cuya presentación preparaba el terreno para lo que estaba por venir. El solapamiento de dos asociaciones de comerciantes integradas en la misma patronal, más allá de la reacción de extrañeza generada, supuso la constatación de un cisma que llevaba tiempo incubándose y que ahora ha acabado de salir a la luz. Miquel Àngel Mateu y Miquel Àngel Salvà, presidente y vicepresidente respectivamente de la nueva asociación, serán los únicos representantes a partir de ahora del sector del comercio en la patronal de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca.