José Antonio de la Concepción, con su último décimo premiado. | Pilar Pellicer

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Es habitual verle pasear con su antiguo Renault Megane por el Llevant pero más aún encontrarle con décimos en la mano cuando se acerca la Navidad. José Antonio de la Concepción, Toni para los amigos, tiene la suerte de su lado. Es la quinta vez que le toca la lotería –la anterior en 2009 con un quinto premio de El Niño–, y el pasado jueves se alzó con el primer premio de la Lotería Nacional, en la Administración de Lotería número 15, en Pere Garau. El número afortunado: el 79.015.

«Me llamaron el viernes a las siete y media de la mañana desde este establecimiento para decirme que me había tocado. Uno siente mucha adrenalina cuando te pasa esto», explicó ayer tras recoger su gran premio. No quiso decir la cantidad pero dejó caer que «si algún día me tocan millones de euros desapareceré».

Penélope Rodríguez, coordinadora de la plataforma Loteros en la Lucha y propietaria de la Administración número 15, conoce a Toni desde hace años pero aseguró que «sé de otros casos como Toni que al menos les han tocado la lotería tres o cuatro veces». No es la primera vez que Penélope Rodríguez y sus compañeros reparten un premio así. Anteriormente entregaron El Gordo, un quinto de la Lotería de Navidad y un segundo de la Lotería Nacional.

Suerte

Toni podría estar bautizado como el rey de la lotería. No es habitual que a una persona le toque hasta cinco veces un premio, pero él justifica este hecho con una palabra: suerte. «He sobrepasado las posibilidades, soy una excepción, me dijo un matemático cuando me tocó la tercera vez, y también que no me tenía que tocar más », recordó.

Su primera alegría ocurrió el 21 de diciembre de 2002. Toni regentaba el Bar Sa Plaça, en Son Carrió. El número premiado con El Gordo fue el 8.102. La Administración número 1 en Son Servera vendió 150 series y repartió tres millones de euros en la comarca. Toni se compró diez series (330.000 euros). En 2003 le volvió a tocar un pellizco, esta vez 43.000 euros, según informó en su día en varias entrevistas. En 2007, la suerte volvió a llamar a su puerta y le llegó un quinto premio de la Lotería de Navidad: compró 25 décimos del 38.169 en un bar de s’Illot. «La Guardia Civil me llegó a inspeccionar, pero lo superé sin problema», comentó.

Este mallorquín confesó que ha tenido mucha suerte en el juego, «pero en el amor no tanto». Eso no ha sido un problema porque, gracias al dinero, «he cumplido todos mis sueños», desde viajar por todo el mundo, subirse en un jet privado hasta competir con karts gran parte del año, ya que esta es su gran pasión. Tiene solo 52 años y, a pesar de que admite que no necesita trabajar, le gusta pasar desapercibido y «tener una vida muy normalizada». Eso sí: «Quien diga que el dinero no da la felicidad es un hipócrita».