Pasillo de una planta de hospitalización para pacientes en Son Espases. | M. À. Cañellas

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«Llevo 25 años trabajando de enfermera y nunca había visto algo así. La situación en los hospitales ha ido empeorando en los último años, pero este es el peor. Está siendo horrible». Elisabeth Cifre, enfermera de la Unidad de Corta Estancia de Son Espases, asociada al servicio de Urgencias, narra la situación que viven en el hospital desde que ha empezado el verano y han repuntado los casos de coronavirus. La séptima ola les ha pillado sin «refuerzos y sin personal». A pesar de que eran conscientes de que la curva epidémica volvía a crecer y que podía crecer la presión asistencial por la llegada de turistas y el aumento de la vida social típico de estas fechas, la situación en los últimos días se ha vuelto «insostenible».

La séptima ola no ha hecho nada más que empezar y ellos ya están exhaustos. «Vamos saturados, sobrecargados y cansados», afirma Cifre. Y añade: «Hablo en nombre de todos mis compañeros, todos estamos así». Da igual el turno o la tarea: «no damos abasto». «Normalmente somos cuatro enfermeras por turno con una carga de siete pacientes, ahora mismo somos dos por turno y atendemos a 14 pacientes, de cuales unos cinco o seis son COVID y eso implica que nos tenemos que seguir otros protocolos, como cambiarnos los EPI». Durante esta última semana de junio, se calcula que el número de nuevos casos positivos diarios de coronavirus en las Islas es de unos 1.000, según el servicio de Epidemiología del Hospital de Son Espases. Esta es una de las causas que están provocando que la presión asistencial se haya incrementado en los hospitales.

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Los sanitarios denuncian que la demanda aumenta y los recursos humanos, en lugar de crecer y reforzar los meses de verano, menguan y las bajas no se cubren, las vacaciones tampoco u, incluso, algunos de ellos ni siquiera podrán disfrutarlas. «Esta situación no es solo por el repunte de casos, se debe a que hay falta de personal. Los profesionales no quieren venir aquí, los turnos y los sueldos son precarios. Las contrataciones son mínimas y hacen falta más de 1.500 enfermeros en las islas», denuncia.

Además, los sanitarios también se ponen enfermos y sus bajas no se cubren, protestan. «Nosotros también nos ponemos enfermos, no nos están dando bajas. Hay compañeros que van arrastrándose por los pasillos, estamos agotados. Todos los años nos íbamos cuatro de vacaciones, este veranos nos iremos dos o no nos iremos», lamenta. «El sistema sanitario está fatal, no se puede trabajar así», añade la enfermera de Son Espases. Según explica la sanitaria, a la falta de personal hay que sumarle la falta de recursos. «Hay material que no funciona, los carros de medicación están rotos y tenemos que ir parando por los pasillos para conectarlos. Las condiciones son de pena», lamenta Cifre.

Por su parte, el director general del IB-Salut, Juli Fuster, admitió el pasado jueves que estos últimos días se ha incrementado el trabajo en las urgencias de los hospitales de Baleares, pero aseguró que es algo que pasa cada verano. «No hablaría de saturación porque cualquier persona que llega a Urgencias es atendida», añadió, puntualizando que muchas personas con COVID también acuden a este servicio hospitalario.