La comunidad musulmana ha llevado hasta el Ajuntament de Palma la problemática que se vive desde la pandemia en su cementerio por la falta de espacio para enterrar. Esta zona, el Jardí de l’Islam, solo cuenta con 40 tumbas.  | M. À. Cañellas

TW
8

El problema de la falta de espacio en el cementerio musulmán, ubicado en Son Valentí, está llegando a su fin. La Empresa Funeraria Municipal (EFM) trabaja en un proyecto temporal para ampliar con hasta 50 sepulturas más el espacio. Hasta la fecha, el Jardí de l’Islam tan solo cuenta con unas cuarenta tumbas para toda la comunidad residente en Mallorca, que supera las 30.000 personas. La empresa está inmersa en el proyecto con un arquitecto. La reforma empezaría a partir de septiembre, una vez pase los filtros administrativos y la aprobación en la Junta de Gobierno local. Sin embargo, «no es una solución definitiva, sino transitoria», advierte el gerente, Jordi Vilà. El objetivo es aliviar por ahora la situación que padecen muchas familias a la hora de enterrar a un ser querido por el rito musulmán.

Cabe recordar que la Empresa Funeraria presentó alegaciones al PGOU para liberar algún terrero en el cementerio y conseguir más parcelas para el Jardí de l’Islam, pero es una tramitación que «necesita tiempo», asegura Vilà. En concreto, pidieron recalificar 1.900 metros cuadrados del camposanto, calificados como espacio libre. Mientras tanto, el proyecto temporal que plantean propone construir medio centenar de tumbas en un terreno disponible, muy cerca del Jardí de l’Islam. Con esta nueva construcción, el cementerio musulmán estaría formado por un total de 90 sepulturas. Desde SonValentí avanzan que, una vez finalizada la obra, podrían empezar a utilizarse a principios del 2023.

Alquiler

El régimen administrativo del cementerio de Palma solo permite la cesión temporal de una tumba musulmana durante un máximo de cinco años. Este hecho, en un contexto de pandemia donde se produjeron muchas defunciones, generó lista de espera de familias para enterrar a sus seres queridos. Como solución a la falta de espacio, la empresa municipal propuso exhumar los restos. El gerente de Son Valentí es consciente de las quejas que se han generado por parte de la comunidad musulmana, e insiste en que «la solución real parte por una modificación del PGOU». Con ello, recalca que el proyecto no es una respuesta «a largo plazo», sino «una manera realista de solventar una situación actual».

Por otra parte, y como novedad, se ha constituido una comisión técnica formada por tres trabajadores de la funeraria y representantes de la Federación de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), la Comunidad Islámica (Ihsan) y de la plataforma de entidades de Palma. Esta comisión se encargará de redactar las condiciones y las negociaciones del futuro del camposanto y solventar los problemas.