Imagen de la sala donde se celebra el juicio. | Teresa Ayuga

TW
14

El agente de la Policía Nacional que instruyó el atestado de la protesta de Arran contra la masificación turística delante de un restaurante del Moll Vell de Palma en julio de 2017 ha asegurado este martes que fue una «movilización social como tantas que no representaba especial peligro». Así lo ha afirmado durante su declaración como testigo en la segunda jornada del juicio del 'caso Confeti', que ha continuado este martes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma.

Los doce encausados por desórdenes públicos supuestamente irrumpieron en la terraza de un restaurante del muelle lanzando confeti y proclamas contra el turismo, pero nueve de los procesados aseguraron en la primera sesión del juicio celebrado el lunes que no participaron. En total, las condenas propuestas por la Fiscalía suman hasta 29 años de prisión.

El policía ha explicado que cuando llegó al lugar de los hechos, tras recibir un aviso del 091, «no quedaba nada» porque la manifestación se había disuelto. Encontró a los dos policías de la Autoridad Portuaria, que fueron los primeros en llegar al restaurante y también han comparecido este martes como testigos. Uno de ellos, de hecho, también ha afirmado que no «percibió peligro».

Los agentes portuarios encontraron a un grupo de manifestantes que se disolvía, pero no apreciaron desperfectos ni en el restaurante ni en el muelle, aunque sí «gente nerviosa», tanto clientes como trabajadores. Aun así, ninguno quiso denunciar los hechos, según ha puntualizado. Según uno de los agentes, no encontraron ya restos de botes de humo ni bengalas y, aunque estos elementos hubieran sido usados en el acto, no era posible que cayeran sobre las embarcaciones amarradas en un pantalán anexo porque había una barrera de separación.

Noticias relacionadas

Contrariamente, un tripulante de un yate que presenció la protesta desde la embarcación amarrada ha dicho que un bote de humo ya extinto rodó hasta el pantalán y que un marinero del puerto lo recogió y lo tiró a la basura. Una camarera del restaurante ha asegurado que no cundió el pánico entre los clientes, aunque tuvieron que cambiarlos de mesa. El humo de las bengalas duró poco más de un minuto y los activistas que entraron en la terraza se fueron a los diez minutos, según ha dicho. Curiosamente, la testigo no recuerda que se lanzara confeti.

Otro empleado que ha intervenido en el juicio ha descrito el incidente como más traumático para los clientes, que estaban «asustados» mientras una decena de manifestantes llenaban de humo el espacio de la terraza, gritaban consignas y lanzaban confeti. En la misma línea, el propietario del local ha dicho que el grupo de manifestantes tendió una «emboscada» y que algunos clientes se marcharon. Al plantear el dueño que había sufrido perjuicios por la acción de Arran, que había obligado a cambiar platos por el confeti que arrojaron los manifestantes, la Policía decidió poner sus actuaciones en manos de un juzgado.

Identificación de los acusados

Estas actuaciones incluyeron la identificación de los sospechosos de participar en la movilización reivindicativa, que no se pudo hacer por las cámaras de vídeo porque no captaron imágenes útiles, por lo que se realizó por medio del vídeo que difundió Arran, los recuerdos de algunos de los testigos de la acción y una entrevista en un diario de dos dirigentes de la asociación juvenil. La Policía Nacional, según ha contado el agente, recopiló fotografías de personas que habían sido identificadas en el desalojo de una casa ocupa en Palma y de jóvenes habitualmente ligados a Arran.

El abogado que defiende a la mayoría de los procesados ha preguntado al policía si su unidad investiga delitos y organizaciones, a lo que el agente ha respondido: «Ambas cosas». «Hemos detenido a muchos de sus miembros en los últimos años porque han cometido bastantes delitos», ha argumentado en referencia a Arran. Aun así, el policía ha asegurado que no disponían de un listado con el nombre de miembros de la organización independentista.