Así estaba la madrugada del pasado domingo la parada de taxis de Son Sant Joan. | R.L.

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El vuelo de Coloma Mairata aterrizó en Son Sant Joan, procedente de Valencia, recién estrenado el domingo. «Ya notamos en la terminal que había mucha gente para la hora que era», advierte. Su sorpresa fue mayúscula cuando, al salir para coger un taxi, la cola auguraba más de una hora de espera. Tenía que irse hasta Algaida y armándose de paciencia se puso en la fila donde apenas había servicio que llegaba con goteo. «Después de una hora, eran más de las dos, decidimos molestar a un amigo para que viniera a buscarnos», cuenta ahora. Y lo hace indignada: «He trabajado en el aeropuerto tres veranos seguidos y nunca había visto a tanta gente a estas horas».

Desde el servicio de taxis de Mallorca, su presidente, Biel Moragues, le da la razón. «A corto plazo es imposible dar con una solución, es una auténtica locura. Los autobuses por la noche tampoco dan a basto, pero todo el mundo está igual: Barcelona, la Costa del Sol...». Moragues advierte de que no hay personal suficiente para cubrir la demanda «y el problema se multiplica por dos en Eivissa,    que es la que está peor de las Islas», advierte. «Está todo desbordado, es insostenible. Esto no había pasado nunca».

Sin embargo, lamenta que la mala prensa se la lleve su sector. «La gente no se queja de que no tiene autobús. El problema originario no es nuestro; no podemos asumir todo el tráfico», señala. Y es que en Palma existen dos líneas que van hasta el aeropuerto: la A1 con una frecuencia de 12 minutos que va directa al centro, con un último trayecto a las 1.15 horas; y la A2, que va de Son Sant Joan a s’Arenal hasta las 00.20 horas. Este tipo de horas punta son inabarcables para un sector que denuncia que tiene un déficit de 500 conductores en toda la Isla y que recuerda que el problema es generalizado. «Ante una concatenación de dificultades, tiene que elaborarse un plan general con todos los sectores y la Administración de hasta dónde se puede llegar con la infraestructura que tenemos», concluye Moragues.