TW
5

Unas cien personas se han concentrado esta tarde en Palma para condenar una nueva agresión homófoba. La asociación Ben Amics convocó esta concentración después del apuñalamiento de un joven el pasado domingo en Capdepera, tras el grito de «maricón de mierda». Los hechos ocurrieron en la madrugada del domingo, día 29, al lunes.

Noticias relacionadas

Ante este suceso, la asociación ha querido concentrarse en la Plaza Mayor, frente a la placa de Margalida Borràs, en un acto para denunciar cualquier agresión homófoba. El acto es un intento por visibilizar y repudiar las agresiones homófobas que se siguen dando, motivadas solo por la condición sexual de cada uno. «No vamos a dejar ninguna agresión sin respuesta. Queremos pedir la colaboración ciudadana para localizar al agresor», ha recalcado la presidenta de Ben Amics, Tatiana Casado este jueves. «Delante de la dramática situación que vive nuestro colectivo instamos a las instituciones y a las sociedad a comprometerse firmemente para luchar unidas contra el odio que nos continua matando hoy en día», ha afirmado Casado.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del domingo 29 al lunes 30 de mayo. La víctima, un hombre de una treintena de años, iba caminando por las calles del pueblo en busca de un amigo cuando desde un coche le gritaron «maricón de mierda». Apenas segundos después, el presunto agresor se apeó, se acercó al hombre, lo apuñaló, aparentemente y le robó el móvil. El presunto agresor solo se sabe que se trataría de un hombre de entre 40 y 50 años con escaso cabello. No ha podido ser identificado.

Según el informe Diagnosis LGTBI de Palma, publicado este martes, el 69 % de las personas del colectivo han sufrido algún tipo de discriminación por su condición sexual. De ellas, solo el 7,5 % ha denunciado. Ben Amics exige, con la concentración, que se establezcan mecanismos de protección para las personas LGTBI+ ante este tipo de agresiones y que estas se cataloguen no solo como simples delitos leves, sino como Delitos de Odio. El año pasado el asesinato de Samuel, un joven gallego que murió tras una paliza, removió conciencias y provocó una enorme movilización social.